Más del 45 por ciento de niños de entre nueve y trece años que viven en municipios de la zona serrana, consideran atractivo formar parte y/o vivir del narcotráfico, refiere el estudio “Riesgos de la Infancia en Chihuahua”, elaborado por la Fundación del Empresariado Chihuahuense AC, (Fechac).
El documento, señala que Madera, Bachíniva, Temósachi, Namiquipa, Gómez Farías, Ignacio Zaragoza, Buenaventura, Galeana, Casas Grandes, Nuevo Casas Grandes y Janos, son los municipios en los que menores de 14 años, se ven más influenciados por sus propios padres, hermanos o amigos, de tal forma, que perciben las conductas antisociales como algo “bueno” o “normal”.
En dicho estudio, se muestra que los niños encuestados, respondieron haciendo siempre referencia a armas, corridos de algún personaje real o ficticio, que hace alusión al mundo del narcotráfico, como una manera “heroica” de conseguir dinero y cometer delitos, para conseguir lo que necesita sin mayor esfuerzo.
“La fuga del Chapo” es uno de los temas que refieren los menores, que señalan no ver nada de malo en vivir de la venta de drogas, pues a su parecer, es algo que forma parte de la vida actual, y por ende, conductas como portar armas para “defenderse”, son consideradas como algo bueno
Por otra parte, en el rango de edad de los 17 a los 20 años, los temas de conversación giran en torno a ser pistoleros o asesinos para tener autoridad dentro de la comunidad, e igualmente hacen referencia a canciones como “El 24”, cuya trama gira en torno a un asesino respetado entre los líderes de los cárteles.
Este contraste, pone de manifiesto la importancia que tienen los factores estructurales y culturales, en la afiliación a las redes de narcotraficantes, ya que los niños y jóvenes de varios municipios de la zona serrana, sienten admiración por héroes de películas.
Existen otros aspectos, que explican de alguna manera por qué los niños desean vivir dentro del narcotráfico, y es que entre un 50 y 65 por ciento no están de acuerdo con el valor de la honestidad, incluso no están familiarizados con el concepto, pues dicen que no se les ha inculcado dentro de sus familias.
El desacuerdo con la honestidad, se incrementa sustancialmente a partir de sexto de primaria, y llega a ser casi el total de los niños en tercero de secundaria, quienes señalan que la honestidad no es un valor importante.
Por otra parte, existen ciertas características que definen a un o una menor de edad con interés por el crimen organizado. En general, se trata de niños con una educación trunca, incluso muchos de ellos no concluyeron la educación primaria, o únicamente han cursado dicho nivel educativo.
Mucho del comportamiento de menores que desean imitar a narcotraficantes, se basa en la imitación, lo que también es determinante en redes sociales, por lo que se establece que pese a la condición precaria en la que viven, muchos de estos niños consiguen acceder a Internet, sin una supervisión de padres o tutores.
Cabe señalar, que los menores que han sido atendidos en programas de valores por parte de Fechac, u otras organizaciones, muestran menor tendencia a seguir el modelo del crimen organizado, que aquellos que desertan y no están al cuidado de una persona adulta con sentido de honestidad y demás valores.