Parral, Chih.- La culpabilidad de “El Policholo” y “El Robocop”, la hazaña del Estado que no aleja el dolor ni ha brindado justicia para las familias de los jóvenes Oswaldo, Sigrid, Mayra y Merari, pues pese a la emisión del fallo condenatorio, la deuda social, de por sí ya impagable, no ha logrado responder a la incógnita que nunca ha dejado de ser constante, ¿dónde están?.
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Fue este viernes cuando la Fiscalía General del Estado (FGE), incluso el mismo titular de la dependencia, César Augusto Peniche Espejel, anunciaron con bombo y platillo el fallo condenatorio en contra de los ex agentes municipales de Parral, Omar Iván R. alias “El Policholo” e Iván Francisco L. alias “El Robocop”, por su participación en la desaparición de los enfermeros de Jiménez, y otra joven relacionada con ellos.
Casi dos años de investigación para poder demostrar su culpa.
“El Policholo” fue detenido en abril del 2019, y “el robocop” en julio de ese mismo año. Tuvieron que pasar casi dos años de investigación e indagatorias, para que la Fiscalía General del Estado, gracias a la declaración y señalamiento de un testigo, acreditara la responsabilidad de estas personas en la desaparición de los jóvenes enfermeros Sigrid y Oswaldo.
Y es que la joven enfermera Mayra Mendoza y su amiga Merari Muñoz, habían desaparecido días antes cuando acudieron a una fiesta, es decir, la desaparición de estas últimas, no pesa en la sentencia que les será interpuesta a los ex policías preventivos.
La noticia.
Fue el 29 de mayo del 2018 cuando se informaba sobre la privación ilegal de la libertad de tres estudiantes de enfermería en Parral; se encontraban en su vivienda de la colonia Kennedy, donde sujetos armados irrumpieron en el lugar y se los llevaron con lujo de violencia.
Se trataba de Sigrid Casandra Díaz Huerta y Oswaldo Galván Rodríguez, de 21 y 22 años de edad, respectivamente, y originarios de ciudad Jiménez. Trascendía que su tercer compañero, del cual no se proporcionaron generales, había sido liberado luego de unos minutos.
Sin embargo, su compañera Mayra Guadalupe Mendoza Adame, de 21 años, quien compartía la vivienda con ellos, se encontraba desaparecida desde el domingo 27 de mayo tras haber asistido a una fiesta con su amiga Merari Muñoz Lozano, quien también desapareció en ese entonces.
Las piezas sueltas del rompecabezas.
Si bien desde el inicio del caso, salió a relucir el tema de “escorts”, y tiempo después derivó en la detención de Claudia Palmira M.A. alias “La Pamy”, quien ya purga una condena por trata de menores, se sigue haciendo eterna y sin rumbo la investigación que la relaciona con la privación y desaparición de los jóvenes. No se han encontrado elementos que la vinculen de manera directa, aún y con los antecedentes que fueron peso para sentenciarla por el delito antes mencionado.
Otra pieza clave en este tema fue Jesús Antonio T.M. alias “El Chavita”, quien era un testigo importante en la investigación, pues había estado presente durante la privación y destino final de los jóvenes enfermeros, pero fue privado de la vida en enero del año pasado; sin embargo, dio pauta a la ubicación de otra de las piezas de este rompecabezas, que hasta ahorita, parece no tener fin.
Resultó que “El Chavita” trabajaba para un grupo delictivo encabezado por un sujeto apodado “El Visky”, a quien la misma Fiscalía General del Estado, también refería como un elemento básico para esta información.
Lo tenían, y lo dejaron ir.
Para junio del año pasado, “El Visky” fue víctima de un atentado en la calle Del Cerro, por lo que fue trasladado a la clínica del IMSS, pese a que la ambulancia iba custodiada, un grupo de sujetos armados le marcaron el alto al vehículo de rescate y se lo llevaron.
De nueva cuenta, el fiscal general del estado reiteró que esta persona era una pieza clave que podría aportar mucho al tema, de no haber sido agredido. Señaló que lo más seguro era que su misma gente lo había rescatado, pues si hubiera muerto o lo hubieran privado para ultimarlo, su cuerpo habría aparecido en algún lugar, cosa que no ha ocurrido. Son las piezas que no embonan.
Las piezas perdidas del rompecabezas.
Y es que no solo hay elementos que no han podido ser colocados en un lugar preciso en esta investigación, hay piezas que a casi tres años, y aún con la detención de ya tres personas, de las cuales dos han sido declaradas culpables por la desaparición de los jóvenes, permanecen perdidas.
Se trata de incógnitas que han permanecido como constantes, ¿dónde están los enfermeros?, ¿quién ordenó que los desaparecieran? Y ¿por qué?, interrogantes que laceran hasta el alma de a quienes realmente les duele el hecho, las familias de los desaparecidos.
Del terror a la comedia.
Pese al dolor que la noticia ha dejado a las familias de los jóvenes, allegados a estos últimos, señalan que el cuento de terror, ya es de comedia, una sátira y una burla: “Es una burla que ya con detenidos y ya hasta encontrados culpables, no les puedan sacar una declaración de dónde están”, manifestaron.
Además, aseguran que ya no son víctimas del delito, sino los payasos y bufones de las autoridades, “hasta parece que se burlan de uno, si no preguntamos cómo van las investigaciones, ellos no son para notificar nada, pero resulta la misma, siempre nos dejan con más dudas que respuestas”, dijeron.
Seguridad Pública o guarida de malvivientes.
Sin embargo el reclamo no solo es para las dependencias del estado, el reclamo y señalamiento ha llegado a la Dirección de Seguridad Pública municipal, “ ¿cómo es posible que tengan entre sus filas personas como “El Policholo” y “El Robocop”?, ¿es una dependencia de policías o malandros?”, cuestionaron.
Criticaron duramente la antigüedad de los ex elementos ya condenados, pues ninguna administración municipal ha podido limpiar la corporación que parecer ser más una guarida de malvivientes.
Recordaron cómo el pasado mes de enero, en Parral detuvieron a Héctor Manuel M. alias “el Chapo M”, o “el 302”, a quien el mismo fiscal general del estado, César Peniche, refirió como uno de los principales generadores de violencia en la zona sur de la entidad.
Con él se detuvo a una mujer de nombre María de Lourdes P.P., quien hasta un día antes de su detención, acababa de cobrar su sueldo como agente adscrita a la Dirección de Seguridad Pública municipal de Parral.
Todo en vano
Sin embargo, esto son solo fechas, nombres, datos y términos legales, que resultan en vano para quienes perdieron a la hija, al hermano, a la madre, a los amigos, y que pese a los logros que anuncia la información oficial, distan mucho de la justicia y de, al menos, una pequeña sensación de justicia que dé calma a la pena que quema más que hace casi tres años.