Doña María tiene que salir con todo y miedo a buscarse el peso ya que vive sola y tiene que pagar renta, duró sin trabajar toda la pandemia y hasta hace unas semanas pudo volver a vender paletas donde se gana de 50 a 100 pesos diarios.
A plena luz del sol, camina doña María Medina de arriba abajo, es una mujer de 57 años que duró sin laborar casi dos meses, ya que no le tenían permitido que laborara ante lo que acontece por el Coronavirus.
Narra lo que es despertarse todos los días desde las 8 de la mañana para partir de su casa en El Presón, hasta la calle Carrillo Puerto, de donde saca el carrito de paletas con el que recorre las calles del centro de la ciudad.
Llega aproximadamente a las diez de la mañana a la Plaza Guillermo Baca, donde permanece en sus inmediaciones para poder vender en los camiones urbanos que llegan allí.
Actualmente está viviendo sola, ya que se separó hace algunos años y su hija se unió en matrimonio, por lo cual, debe de hacerse cargo de sus gastos, tales como la renta, el vestirse y la comida.
Según lo comenta, esta pandemia, le genera temor, pero al tener necesidad, debe de salir a conseguir dinero, ya que “ó se cuida o come”, aseveró.
Durante esta pandemia logró sobrevivir gracias al apoyo que recibe de su única hija, sin embargo, al estar casada solo le ayuda cuando puede, dado que tiene sus responsabilidades propias según lo comentó.
Ella se dedica a vender paletas y bolis de hielo, en donde diariamente gana aproximadamente de 50 a 100 pesos, lo cual apenas y le alcanza dado que con eso tiene que comer, pagar renta, luz agua y gas.