Este fin de semana se observó al primer grupo de pelícanos en el humedal del río San Pedro, sitio al que estas y muchas otras especies de aves migratorias arriban cada año, procedentes de los Estados Unidos y Canadá, huyendo de los inviernos gélidos que caracterizan a las latitudes boreales.
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Durante un recorrido la mañana de este sábado por la zona del humedal, se vio a un grupo de cuatro pelícanos blancos que descansaban y se asoleaban en un islote del río, junto con otras aves acuáticas, mientras que en el agua se desplazaban numerosas gallaretas de plumaje oscuro.
Para llegar al sitio de observación, es necesario recorrer cerca de 700 metros por un camino de terracería paralelo a la ribera sur del río, en dirección este a oeste. Se recomienda no utilizar vehículos para llegar, ya que el ruido de los motores puede ahuyentar a las aves.
Durante el trayecto es posible ver otras especies de aves que se posan en las ramas de los árboles, como el zanate y la paloma torcaza. Al mismo tiempo, volando sobre las aguas del río pasan algunas garzas y perros de agua.
Es inevitable no encontrar rastros de la presencia humana en el humedal, designado Sitio Ramsar en febrero de 2012, ya que en las orillas se encuentran botellas de vidrio, envases de alimentos, pañales y hasta un sillón viejo que alguien dejó sobre un montículo de tierra.
Lo anterior evidencia la inexistencia de la cultura del cuidado del medio ambiente entre las personas que visitan el río para celebrar sus días de campo, pues pese a los letreros de advertencia por parte de las autoridades y las campañas de limpieza, la gente sigue contaminando el espacio natural.
Otra ave acuática observada durante esta visita al río San Pedro fue el pato Mallard (Anas platyrhynchos), el cual se caracteriza por el plumaje verde de su cabeza, el anillo de plumas blancas que tiene alrededor del cuello y por su pico de color amarillo y patas anaranjadas.
Esta especie de pato es poco frecuente verla en la zona del humedal de Meoqui, aunque su rango de distribución abarca parte del norte de México durante la temporada de otoño- invierno, ya que emigra desde el norte del continente hacia estas latitudes.
Conforme avance la presente temporada, se espera observar la llegada de bandadas más grandes de aves al río San Pedro, que es el hogar de más de 140 especies, entre migratorias y residentes.
Nota original en El Heraldo de Chihuahua
