DELICIAS.- Con las ventas disminuidas de un 40 a un 60 por ciento desde el retorno al semáforo rojo, los propietarios de restaurantes en la ciudad apenas obtienen ingresos suficientes para pagar los sueldos de sus trabajadores, mientras que algunos se vieron en la necesidad de solicitar créditos para poder cumplir con los aguinaldos en diciembre.
Al igual que otros sectores del comercio formal, los negocios dedicados a la venta de alimentos preparados sobreviven a duras penas en medio de la pandemia por el Covid-19, permaneciendo a flote gracias a las ventas con servicio a domicilio.
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Jorge Torres García, propietario de un establecimiento especializado en servir cortes de carne, comentó que en las últimas semanas notaron una disminución en las ventas, cuya causa atribuyó a la reducción del poder adquisitivo de los delicienses.
Afirmó que en su restaurante sólo han tenido ganancias suficientes para cumplir con el pago de sueldos a sus empleados, pero no para los aguinaldos del próximo mes, por lo cual tuvo que pedir un crédito para cubrir esta prestación.
En situación similar se encuentra el señor Fabián Gaona, dueño de “La Buena Mesa”, quien comentó que las ventas en su restaurante se han mantenido estables, con algunos altibajos, porque su concepto de negocio es de pedir para llevar, aunque sí le afectó que lo obligaran a cerrar el comedor.
Sin embargo, el dinero que obtiene de la venta de platillos no le permite generar un ahorro, únicamente lo necesario para cubrir salarios y otros gastos fijos de su local. En su caso, las ventas bajaron 40 por ciento desde el regreso al color rojo del semáforo.
Jazmín Ochoa, encargada de un negocio de tortas y burritos en la zona centro de la ciudad, mencionó que las ventas de estos antojitos cayeron a la mitad desde que suspendieron el servicio de comedor, ya que antes recibían clientes todos los días que llegaban a probar alguna exquisitez del menú.
Dijo que debido a esta circunstancia, con dificultades pueden pagarle a ella y a sus compañeros de trabajo. Lo único que “ha hecho fuerte” a la fonda en estos días –señaló- son las ventas con servicio a domicilio, en especial los sábados y domingos, porque el resto de la semana es poca la clientela que llama para ordenar comida.
Algo que trae esperanza a los restauranteros es la posibilidad de que el estado cambie al semáforo naranja a partir del lunes 30 de noviembre, lo cual permitirá reabrir sus comedores con un treinta por ciento de aforo, como también el que la autoridad estatal haya accedido a la reapertura de los establecimientos que poseen terrazas.
“La situación desesperada en la que se encuentra ahorita el área restaurantera, pues esto llega como una lucecita, no como nosotros quisiéramos ¿Por qué? Porque ya nos está permitiendo un poquito más, hay gente que tiene terraza, son contados aquí los restaurantes que manejan espacio de terrazas; ellos van a tener el 50 por ciento de aforo”, señaló Jorge Torres.
Afirmó el entrevistado que el grupo de restauranteros del cual forma parte vio con buenos ojos la disposición del gobierno estatal, pues les ayudará en algo a solventar los gastos que se avecinan.
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