DELICIAS.- Impulsor junto con su esposa de la ayuda a los niños enfermos de cáncer, Fernando Lazalde Ochoa perdió la vida este viernes tras luchar durante varias semanas contra las secuelas que le dejó un derrame cerebral, hecho que generó pesadumbre en la comunidad deliciense.
Un mes exacto fue lo que Fernando, director de la fundación Fernandito Lazalde “Quiero Jugar”, permaneció internado en un hospital después de sufrir el derrame que lo dejó en un estado grave de salud, al punto que su familia y amigos convocaron a hacer cadenas de oración para pedir por su restablecimiento.
Sin embargo, la voluntad divina fue llamarlo a la eternidad y este viernes se difundió primero en las redes sociales la noticia de su deceso, lo cual conmovió a la sociedad deliciense, pues era bastante apreciado por su labor altruista a favor de los pequeños enfermos de cáncer que él y su esposa María Antonieta Torres atendían por medio de la fundación.
Fue a este proyecto que Lazalde consagró los últimos diez años de su vida, el cual surgió tras sufrir una Navidad la muerte de su hijo pequeño Fernando, quien padecía de un tumor. El dolor los llevó a él y a María Antonieta a ser empáticos con otros padres de familia que enfrentaban la misma lucha, de tal manera que el 2 de julio de 2011 se constituyó la asociación.
La respuesta fue inmediata, pues muchos padres se acercaron a la fundación para que sus hijos enfermos mejoraran su calidad de vida a través de talleres deportivos y culturales, así como terapias psicológicas gratuitas para sobrellevar el sufrimiento.
Posteriormente se emprendieron actividades para reunir recursos con los cuales adquirir medicamentos oncológicos, pues muchas de las familias no pueden pagarlos, además de brindar el servicio de nutrición con alimentos ricos en antioxidantes y 100 por ciento orgánicos, para ayudar acelerar la rehabilitación de los niños y niñas.
Un servicio más que agregó la fundación fue el traslado de pacientes al Hospital Infantil de la ciudad de Chihuahua, donde los pequeños reciben sus tratamientos contra el cáncer y otras enfermedades crónico- degenerativas.
En 2016 inició otro proyecto, que fue la construcción de la clínica de nutrición oncológica en un terreno donado por el municipio, con el propósito de brindar alimentación especializada, apoyo psicológico y actividades recreativas. La inversión, con apoyo de altruistas del país de Israel, fue de cuatro millones de pesos.
Sin embargo, los esfuerzos de la asociación encontraron obstáculos, ya que un grupo de vecinos se opuso a la construcción de la clínica por considerar que se estaba invadiendo un área verde. No obstante, la obra continuó y logró terminarse la primera etapa del proyecto el año pasado.
Las adversidades continuaron para la fundación, esta vez por la falta de medicamentos oncológicos en las instituciones oficiales de salud, por lo que los padres de familia nuevamente se organizaron para iniciar actividades como la venta de pasteles, además de obtener el apoyo de instituciones como el Consejo Municipal de Estacionómetros y de empresas privadas.
En el Hospital Infantil y en el Instituto Mexicano del Seguro Social, comentaría Fernando Lazalde en la última entrevista que dio para este medio de comunicación, la única explicación que les daban era que no les surtían las medicinas.
Sin desanimarse, la familia Lazalde y los integrantes de la asociación continuaron su trabajo altruista hasta que un nuevo golpe los sacudió en mayo pasado: un derrame cerebral provocó la hospitalización de Fernando. Incontables plegarias se elevaron para pedir por su recuperación, tanto en las iglesias como en los hogares, pero la voluntad del Creador fue otra y este fin de semana los restos mortales fueron cremados.
María Antonieta, su esposa, expresó con el corazón desgarrado que el trabajo por la causa continuará para dar esperanza a los niños enfermos de cáncer, lo cual seguramente hubiera sido el deseo de Fernando.