DELICIAS.- Cercano el arribo de la tercera oleada de Covid, este jueves se cumplió un año de la muerte del primer deliciense a causa del virus: el médico Iván Tomás López de Santiago, uno de los cientos de “héroes de la salud” caídos en la primera línea de batalla contra la pandemia, que en este municipio cobró ya la vida de 345 personas.
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Nacido el 6 de noviembre de 1978, el doctor Iván Tomás López de Santiago se convirtió el 22 de abril del 2020 en la primera víctima mortal del coronavirus, lo cual sucedió mientras ejercía su profesión en el centro del país.
La señora Rosa de Santiago, madre de Iván Tomás, recordó que desde su juventud el futuro médico tuvo en claro cuál sería su vocación y profesión, en la cual comenzó a encaminarse siendo estudiante de la Preparatoria Activo 20-30 Albert Einstein, donde tuvo su primer acercamiento a las materias relacionadas con la medicina.
El siguiente peldaño en la escalera de su preparación lo constituyó la actual Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas de la Universidad Autónoma de Chihuahua, de la cual egresó en 2003, a los 25 años de edad, para después hacer su residencia en la clínica 11 del Instituto Mexicano del Seguro Social en su ciudad natal, y más tarde su servicio social en el pueblo vecino de Rosales.
Iván no se conformó. Pronto tuvo la inquietud de irse a la ciudad de Hermosillo, Sonora, para especializarse en Medicina Interna. En la capital sonorense también encontró el amor, pues allí conoció a una joven colega de nombre Ana Lucía Portela León, con quien se casó.
Fueron numerosas las ofertas de trabajo que recibió de diferentes partes del país por los conocimientos que adquirió, pero èl decidió quedarse en Zumpango, Estado de México, donde sin saberlo tenía una cita con el destino.
Allá en el centro del país –rememora su madre- el joven doctor se sentía feliz y realizado con el trabajo que desempeñaba, sobre todo cuando daba terapias en el hospital del Seguro Social a pacientes que muchas veces no tenían recursos para acudir a un nosocomio particular.
“Mi hijo era muy humano, incluso con todas las personas. Lo querían mucho sus pacientitos. Él siempre tuvo esa educación de valorar a las personas como personas, no por lo que eran o profesión que tuvieran. Inclusive cuando los señores de la basura iban a la casa, les daba mi niña (la hija de él) la propina y les decía que les agradecía mucho sus servicios, que eran muy importantes, que era muy importante lo que ellos realizaban, y que él estaba muy agradecido”, evocó nostálgica la señora Rosa de Santiago.
Al ser un profesional de la salud, estaba expuesto a contagiarse del coronavirus. Consciente de esto Iván se hizo una primera prueba, la cual salió negativa.
Fue antes de salir a sus últimas vacaciones que le practicaron otro examen. Dio positivo. Desde entonces la salud del doctor se deterioró: empezó con fiebre y dolores de cabeza, y luego sus síntomas se agravaron, por lo que fue internado en la clínica de Zumpango.
En el área de terapia intensiva el doctor dio la pelea durante tres semanas, pero su cuerpo no resistió y falleció el 22 de abril del año pasado, siendo sus restos cremados porque las medidas sanitarias así lo exigieron.
“Pero mi Señor ya tenía otro plan para mi hijo, Él consideró que ya había cumplido su misión… lo veo agradable así como fue y se lo llevó,”, expresó la madre del médico.
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