Vicente Gómez Cobos, presidente de la Federación Mexicana de Lechería (FEMELECHE), señaló que este sector productivo se enfrenta a un panorama complejo a nivel nacional, debido a las altas tasas de interés en la adquisición de créditos, sequía y falta de mano de obra en los establos.
Gómez Cobos, quien dio una plática en el arranque del Día del Ganadero Lechero (DIGAL), expresó que la lechería en México tiene claroscuros, pues también existen algunos aspectos positivos para el desarrollo de esta actividad.
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Señaló, en primer lugar, que los cambios de precios y de las tasas de interés en los créditos han puesto a los productores en una situación complicada, como también el factor climático, el cual consideró alarmante porque hay falta de agua en muchas regiones.
La sequía, expuso, provoca el desabasto de forrajes para alimentar a las vacas, además que a últimas fechas se está dificultando encontrar mano de obra para los establos lecheros. Igualmente, mencionó que el nearshoring o subcontratación ha traído beneficios al país, pero con desequilibrios en la energía eléctrica.
A lo anterior se suman la saturación de los puertos marítimos, lo que impide importar de otros países una mayor cantidad de granos como el maíz, y de las carreteras.
En contraste, destacó que los productores de leche mexicanos siguen siendo altamente competitivos, razón por la cual siguen en el negocio. El tema de los granos también ayuda un poco a la lechería, pero mientras no se logre un equilibrio en las variantes macroeconómicas, las inversiones y el poder adquisitivo de los productores se verán limitados.
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Respecto al sector social de la lechería, que abarca a los pequeños productores, Vicente Gómez aclaró que no existe una política pública que busque desaparecerlos. Lo que falta, señaló, es una política que fomente el autoempleo, pues el sector social es una variante de ello.
Subrayó que la posibilidad de procurarse un ingreso extra con el autoempleo es una forma de retener a las familias en sus lugares de origen. Y el error de las autoridades es no valorar eso, sentenció, porque provoca incluso un costo ambiental.
“Entonces, el gobierno tiene un faltante importante de políticas públicas y de presupuesto para apoyar al pequeño productor. Y lo que viene pasando es que las familias, los productores al final venimos siendo familias sin importar el tamaño; buscamos que nuestros hijos tengan un mejor futuro, buscamos que se eduquen, buscamos que tengan una mejor carrera; cuando los muchachos crecen, pues sus opciones de un mejor nivel de vida se quedan muy lejos de estar cuidando las vacas de su familia, entonces emigran y se va quedando solo el campo”, expuso.
El presidente de Femeleche reafirmó que mientras no se busque una política pública, el campo seguirá despoblándose y esto seguirá teniendo un costo social y económico enorme, señalando que es mucho más barato llevar los servicios a las poblaciones pequeñas que a una gran ciudad.
