De acuerdo a la Fiscalía Zona Occidente, centros de atención para personas con problemas de adicciones, mantienen malas prácticas al momento de ingresar a personas con dichos problemas, quienes son privados de la libertad en contra de su voluntad, lo que la dependencia afirma es un delito.
Además, señala que los métodos utilizados por algunos anexos, son factor de temor entre la población que atestigua “los levantones” de jóvenes que sufren problemas de drogadicción o alcoholismo, lo que es reportado con frecuencia a las corporaciones policiacas quienes se movilizan al denunciarse privaciones de la libertad por supuestos grupos criminales.
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En el hecho más reciente, elementos de la Policía Municipal atendieron un reporte en la avenida 23 y Morelos, del fraccionamiento Independencia en donde se dijo que había ocurrido una privación de la libertad, no obstante, al aclararse la situación, se trataba de personal de un centro de rehabilitación que trataba de llevarse a un interno.
El reportante dijo haber visto a tres hombres abordar por la fuerza a otro, a bordo de un vehículo color café de modelo atrasado. Tras iniciar la búsqueda por parte de los Policías Municipales, se informó que se trataba de gente de un anexo, por lo que se dirigieron al establecimiento para confirmar la versión.
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Una vez en el lugar, una mujer de 54 años de edad, aseguró que ella misma había solicitado el servicio para anexar a su hijo por problemas de alcoholismo y que fue privado de la libertad en la calle 15 y Morelos. Se trataba de un hombre de 34 años de edad.
En el sitio, se presentó personal de la Fiscalía de Distrito Zona Occidente, de la unidad de personas desaparecidas, ausentes y/o privadas de la libertad, quienes se hicieron cargo del hecho.
El encargado del centro recibió una amonestación por lo sucedido y se le indicó que está prohibido retener a una persona en contra de su voluntad ordenando su inmediata liberación.
Como parte de las recomendaciones por parte de autoridades como de mismos especialistas en adicciones, se establece evitar forzar a los adictos a recibir la atención, ya que uno de los pasos para salir de ellas es reconocer que se tiene un problema grave, ya que, de lo contrario, los adictos mantienen el resentimiento en contra de las personas que los internaron en centros de rehabilitación contra su voluntad.
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