Con el fin de mantener un mayor control en el desarrollo de actividades relacionadas con el “comercio carnal”, el Departamento de Gobernación Municipal de Cuauhtémoc a través de su titular, Dante de la Garza Cuán, informó que se han hecho algunas modificaciones a las prácticas de supervisión de meretrices, las cuales consisten en responsabilizar a los dueños de bares y cantinas para que sexo servidoras cuenten con la tarjeta de sanidad correspondientes.
Aunque es reciente la Norma para un mayor control de las meretrices, Dante de la Garza dijo que se ha obtenido resultados favorables al aumentar el número de sexo servidoras que acuden a los exámenes médicos necesarios para ejercer su actividad, descartando hasta el momento contagios de enfermedades venéreas.
El titular de Gobernación, explicó que tras suspenderse actividades en la “zona de tolerancia”, se ha registrado la migración de meretrices al centro de la ciudad, por lo cual dijo que se refuerzan las acciones para evitar conflictos de salud.
Recordó que fue el Comité Municipal de salud quien instruyó para efectuar una revisión más exhaustiva sobre el padrón de meretrices en la ciudad y determinar el porcentaje de estas que cuenta con la tarjeta de sanidad correspondiente y cuáles no, para así integrar a quienes estén fuera del padrón al control sanitario correspondiente.
Sin embargo, al reducir el número de sexo servidoras en la vía pública, esto ante el auge que ha tomado la promoción de la prostitución a través de las redes sociales, la autoridad municipal optó por concretarse en las revisiones de bares y cantinas en donde normalmente existe determinada cantidad de meretrices.
Para ello, se estableció un acuerdo con los encargados de este tipo de negocios para que exijan a las meretrices interesadas en ofrecer sus servicios contar con la tarjeta de sanidad correspondiente, de lo contrario se aplicarán sanciones que pueden llegar hasta la clausura de los establecimientos en caso de detectas que se ejerce la actividad del “comercio carnal” sin el control debido.
A pesar de existir la “zona de tolerancia” para evitar la prostitución en el centro de la ciudad, Dante de la Garza indicó que esto se registró en la década de los 90, acción que se desarrolló al detectar que cantinas disfrazados de restaurantes violaban la ley al fomentar el sexo servicio, lo que en esa época provocó problemas graves de enfermedades venéreas.
Al paso de los años, los bares y cantinas que operaban en la “zona rosa” fueron cerrando poco a poco por los incosteable para los dueños el mantener sitios con poca concurrencia, esto debido a la lejanía del sitio, pero fue con la llegada de la pandemia del coronavirus cuando la “zona de tolerancia” cerró el total de sus bares.