A casi 12 años del hallazgo de las "momias de Guerrero"

Los restos de 23 individuos fueron localizadas en la "Cueva del Gigante", lugar de leyendas ubicado en la comunidad de El Manzano

Iván Miramontes | El Heraldo de Chihuahua

  · domingo 10 de octubre de 2021

Fotos: Iván Miramontes | El Heraldo de Chihuahua

El próximo mes de enero de 2022 se cumplirán 12 años del descubrimiento de al menos 23 individuos momificados que fueron localizados en la “Cueva del Gigante” ubicada en la comunidad de “El Manzano” en el municipio de Guerrero, desde entonces las momias permanecen en custodia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un laboratorio de la ciudad de México.

➡️ Recibe las noticias más relevantes de Parral, Chihuahua y Juárez, directo a tu correo electrónico. ¡Suscríbete a nuestro Newsletter!

La Cueva del Gigante es una oquedad natural que se ubica en la comunidad “El Manzano” en los límites del municipio de Guerrero con el municipio de Bocoyna, a más de 2 mil 500 metros sobre el nivel del mar, en una zona fría con clima templado subhúmedo, con lluvias en el verano, cuya temperatura anual oscila entre los 10 y 15 grados Celsius, el área está cubierta por bosques de pino y encino.

El descubrimiento lo realizó un grupo de estudiantes que recorría la zona en búsqueda de tesoros, ese día traían consigo un radar, detector de metales, el cual comenzó a vibrar en distintos sectores de la cueva, por lo que empezaron a cavar, localizando huesos de por lo menos 20 individuos.

Durante el hallazgo, en enero de 2010, los buscadores de tesoros localizaron entre los restos un cráneo que presentaba un orificio peculiar que se pensaba pudiera tratarse de un disparo de arma de fuego.

Incluso se llegó a pensar que pudiera tratarse de una fosa clandestina o narco fosa, principalmente por el contexto de violencia e inseguridad que el estado de Chihuahua vivía en ese momento.

Sin embargo la teoría de un crimen masivo se fue desvaneciendo conforme arribaban al sitio policías locales, federales, personal del ejército mexicano y peritos del área de antropología forense de la entonces Procuraduría General del Republica (PGR).

Uno de los primeros dictámenes determinó, de forma preliminar, que se trataba de un hallazgo muy antiguo y por tal motivo las autoridades policiacas e investigadoras se declararon incompetentes para atender el caso y notificaron de inmediato a la delegación estatal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Cuando la delegación local del INAH fue notificada, acudieron al lugar, analizaron el entorno y contexto y determinaron que se trataba de un cementerio prehispánico con una antigüedad situada entre los 800 y mil años antes del presente.

En su momento personal de la dependencia informó que en general se recuperaron restos de 23 cuerpos, muchos de ellos momificados y en particular 3 individuos con mejor estado de conservación, es decir tres infantes.

Especialistas del INAH determinaron que los cuerpos fueron depositados de manera flexionada, en posición fetal, envueltos en mantas de fibras y atados con cuerdas para generar un bulto mortuorio depositado sobre el piso de la cueva, acompañado por ofrendas.

En el año 2017, el entonces director de Turismo del gobierno municipal de Guerrero, Diego Flores Villalobos, acudió a las instalaciones del INAH en la ciudad de México para tratar de iniciar los trámites necesarios y recuperar los restos con la intención de habilitar su exhibición en la ciudad de Guerrero.

Al respecto, en reunión de trabajo con el director de Antropología Física, José Antonio Pompa y Padilla, la Dra. Mancilla y el Dr. Lizárraga, expertos en momias; así como con el Mtro. José Concepción Jiménez, titular del estudio de las momias de Guerrero, se planteó esta posibilidad, así como la disposición del gobierno municipal en aquel entonces, por recuperar estos restos, principalmente para promoción cultural, histórica y turística.

Desafortunadamente, se indicó que el municipio debía contar con un espacio con especificaciones técnicas muy exigentes para la adecuada conservación de los restos, inmueble que hasta el día de hoy no se ha construido.

En dicha visita se informó también que la actualización más reciente en los estudios de este hallazgo, arrojan que su antigüedad se sitúa en el año 1200 d. C. aproximadamente y que su principal importancia radica en la contribución del conocimiento de un grupo indígena regional, muy probablemente de la etnia “Tarahumara”, su estructura social, costumbres y sistema mortuorio.

La investigación arqueológica también se ha conectado con mitos y leyendas de la zona, en relación a la “Cueva del Gigante” cuyo personaje principal, es precisamente un gigante que se encuentra plasmado en diversas pinturas murales localizadas en abrigos rocosos de la cueva.