“Siete leguas el caballo que Villa más estimaba…”, Así comienza uno de los corridos revolucionarios más reconocidos, y es que, a propósito de las Jornadas Villistas que se han vuelto una tradición en el norte del país, en Parral, los cantares de aquellas épocas toman fuerza en pleno julio con las fiestas en honor al Centauro del Norte.
Si hablamos de corridos o de música revolucionaria, necesariamente tenemos que tocar el tema de Francisco Villa, y es que, muchas de las canciones fueron escritas ya fuera para sus caballos, sus tropas y oficiales, o para el mismo General.
Son días de fiesta. Año con año desde hace un cuarto de siglo se celebra a una de las figuras más icónicas de Revolución Mexicana. ¿Por qué?, Francisco Villa fue asesinado en esta ciudad el 20 de julio de 1923, de ahí que una de las frases que más se escucha es la de “Parral me gusta hasta pa’ morirme”.
A propósito de eso, la Cabalgata Villista congrega a jinetes de todo el estado y algunos que vienen más allá de la frontera de Chihuahua, lo que evoca a los locales y visitantes a una época donde la lucha se vivía a la vuelta de la esquina, sobre las principales calles, y por lo tanto, se ambienta con las mismas canciones que se oyeron hace un siglo.
Melodías como La tumba abandonada, Grano de Oro, El mayor de los Dorados, La toma de Zacatecas, Corrido a Francisco Villa, Caballo prieto azabache, entre otras tantas, avivaron los ánimos entre los jinetes que acuden anualmente a recordar la figura de Doroteo Arango.