CHIHUAHUA, CHIH.- Con pala en mano, Martha se “parte el lomo” en medio de la contingencia por Covid-19 para llevarle el sustento a sus tres hijas, pues el trabajo escasea y el hambre aprieta.
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Junto con su esposo se ha convertido en una “maistra” de la cuchara y el ladrillo, pues afirma que emigró de otro municipio donde el trabajo se paralizó a consecuencia de la violencia y la pandemia.
Desde hace unos seis meses emigraron, Martha trabajaba en la industria maquiladora, pero hace un mes fue despedida ante la pandemia. Su esposo se ha dedicado al oficio de la albañilería, sin embargo la situación también ha repercutido en el sector de la construcción, primero por la escasez de cemento y de trabajo.
Ante la situación económica, decidió convertirse en la “chalana” de Luis, su marido, ya que de esa manera podrían ahorrarse un sueldo y el poco recurso podrían aprovecharlo para sobrevivir durante esta contingencia sanitaria.
Empezó a chambear con su esposo en la construcción de una barda y algunos vaciados, por lo que le ayuda a batir el cemento, es la acción más difícil, sin embargo ya se ha acostumbrado a batir y cargar el cemento, pues de ello depende que obtengan el ingreso familiar.
“La situación está difícil, porque no dondequiera hay trabajo y nos la hemos visto difícil”, afirmó Martha, quien explicó que el poco dinero que la gente tiene lo está racionando y no contratan para realizar obras en sus hogares. A la fecha construyen en la colonia Rosario.
La entrevistada señaló que tiene tres hijas en edad escolar, pero por la situación están con la abuela, por lo que es difícil. El coronavirus ha complicado su vida y su sobrevivencia.