En el Día Mundial de la Salud Mental se conmemora hoy 10 de octubre, y el personal de la Jurisdicción sanitaria III realizó un taller de prevención del suicidio en el Cbtis 228 donde se presentaron testimonios de personas que por circunstancias de su vida estuvieron apunto de fallecer por intento de suicidio o bien testimonio de personas que han logrado superar la adicción a las drogas.
La coordinadora de Salud Mental la psicologa Rocio Covarrubias expresó que este tipo de actividades van enfocadas al personal de la escuela para ligar detectar algún joven en riesgo, así como a los alumnos para que ellos mismos se apoyen y se ayuden cuando se percsten de algún trastorno mental de uno de sus compañeros.
Frente al estigma, el desconocimiento, el rechazo y, en ocasiones, a los sentimientos de miedo e incertidumbre hacia las personas con enfermedad mental, se pretende lanzar un mensaje de esperanza, inclusión y empatía, para que todo el mundo pueda aprender a conocer esta realidad y convivir junto con ella, sin temores ni prejuicios refirió la psicóloga.
Desde 1945, la Organización Mundial de la Salud reconoció a la salud mental como un elemento fundamental en el desarrollo de todo ser humano.
Las personas que padecen una enfermedad mental suelen ser discriminadas. Su magnitud, el sufrimiento, y la carga en términos de discapacidad y costos tanto para los individuos, como para las familias y las sociedades son abrumadores.
A diferencia de algunas otras enfermedades, se pueden presentar a cualquier edad, no respetan clase social o género. Las enfermedades más comunes son la depresión, trastornos de la conducta alimentaria y déficit de atención con hiperactividad. La salud mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia, hasta la senectud.
Todos, en alguna ocasión de nuestra vida, nos hemos llegado a sentir tristes, preocupados o ansiosos. Pero en el caso de quienes padecen una enfermedad mental, estos sentimientos no desaparecen, y se les dificulta socializar, conservar amistades, mantener el trabajo o disfrutar de la vida.