Parral, Chih.- Eran las 12 del mediodía de un día de enero en 1950, cuando en el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, que se encontraba aún en obra negra, se llevó a cabo el primer sacramento del matrimonio celebrado entre Leticia Valles y Abraham Benítez.
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Fue el presbítero Agustín Pelayo Brambila quien, al medio día de un domingo del mes de enero de 1950, presidió la misa en que se llevó a cabo la celebración del primer matrimonio en la actual Catedral de Nuestra señora de Guadalupe, y que fue celebrado entre Leticia Valles de 18 años y Abraham Benítez de 28 años de edad.
El santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en 1950 se encontraba aún en obra negra, ya que aún no tenía el piso; además de faltar la icónica mampostería que es posible observar en sus paredes y los 33 arcos con 14 pilares con los que cuenta el santuario.
Además de estar aún sin terminar una de las partes más icónicas del santuario: El Ábside de seis metros en mosaico italiano que guarda la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, y que sin duda, es una de las joyas arquitectónicas de la ciudad y del mismo templo que actualmente es la Catedral de la Diócesis de Parral.
Con una sencilla pero elegante celebración, el templo fue decorado con gladiolas blancas junto a los pilares, además de colocarse reclinatorios tanto para los novios como para los padrinos, tal cual era costumbre de la época.
Por la recién colocada puerta principal hecha en madera y que se conserva hasta la fecha, arribó el novio acompañado de su mamá, para luego de llegar ante el altar donde consagraría su vida a la de Leticia, éste la vio llegar en un auto Chevrolet, de en ese entonces reciente modelo, para luego bajar del vehículo y entrar del brazo del señor Valles, quien iba a entregar a su hija al sacramento del matrimonio en el altar.
En un ambiente de ferviente devoción y con un templo abarrotado de familiares y amistades de la recién formada familia Benítez Valles, se llevó a cabo la santa misa, que al tratarse de una época pre conciliar, fue celebrada en latín y “Ad Orientem” (el sacerdote de espaldas al pueblo) tal como solía ser antes del Concilio Ecuménico Vaticano II.
Al concluir la celebración litúrgica, los nuevos esposos tuvieron la recepción de invitados en el Casino de Parral de la época, donde los invitados disfrutaron de una exquisita comida así como de un tradicional baile que celebró al matrimonio Benítez Valles, que formó su hogar en la calle Manuel Merino de nuestra ciudad, donde crecieron sus cinco hijos; dos mujeres y tres hombres.
En su momento, esta historia fue narrada a este reportero por Rosita Valles, quien el año pasado partió a la Jerusalén celestial. Su hermana Leticia Valles falleció en 2011 y Abraham Benitez algunos años atrás. No obstante fueron un verdadero matrimonio que perduró “Hasta que la muerte los separó”, no sin antes pasar a la historia como el primer matrimonio que contrajo nupcias en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Parral, Chihuahua.