El eucalipto es una planta que se ha popularizado como decorativa y, en algunos lugares, se usa para reforestar bosques y zonas dañadas por la tala. Además, posee propiedades medicinales, especialmente para tratar afecciones respiratorias como bronquitis, asma, faringitis y amigdalitis.
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Originaria de Australia y Nueva Guinea, la especie se ha hecho popular en lugares como España, particularmente en Galicia, donde ahora abunda. Es conocido como el alimento de los koalas, pero puede ser muy perjudicial para ciertas zonas del mundo, como Chihuahua.
Según la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RAP-AL), se estima que cada eucalipto consume en promedio unos 30 litros de agua por día.
Aunque el eucalipto se adapta muy bien a condiciones fuera de sus lugares nativos, como los climas áridos y secos, su alto consumo de agua y la capacidad para dominar el entorno son problemáticos. Los bosques de eucaliptos son llamados “desiertos verdes” porque no permiten el crecimiento de otras plantas.
Según un blog de Xavi Duran Ramírez, responsable de prensa en la Agencia Catalana del Agua, en el artículo “El impacto de los bosques de eucaliptos en los recursos hídricos” para iagua.es, el eucalipto puede tener un impacto significativo en los recursos hídricos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación detalla que “una de las principales razones para plantar eucaliptos es su rápido crecimiento comparado con otras especies en la misma localidad; este crecimiento acelerado se asocia necesariamente con un mayor consumo de agua.”
Además, se menciona que “si las raíces de los árboles tienen acceso a las aguas subterráneas, los árboles no sufrirán por falta de agua, incluso en climas secos, y utilizarán tanta agua como requieran.”
En climas como el de Chihuahua, seco y de suelo arenoso, donde mucha de la siembra y el consumo de agua para la población dependen de pozos subterráneos, el eucalipto podría secar estos recursos.
Xavi Duran Ramírez también señala que en Kenia, la plantación masiva de eucaliptos para reforestar y mitigar las sequías afectó gravemente los recursos hídricos del país, al punto en que muchos países actualmente abogan por la prohibición de esta planta.
¿Qué si plantar en Chihuahua?
Las condiciones climáticas en Chihuahua, México, son extremas y variadas, lo que genera un entorno desafiante tanto para la vida humana como para la flora local. Durante el verano, las temperaturas pueden superar los 40 grados Celsius, mientras que en invierno, no es raro que desciendan por debajo de los 0 grados Celsius. Estas oscilaciones térmicas extremas requieren de plantas que sean particularmente resistentes y adaptadas a estos cambios drásticos.
En este contexto, es fundamental promover la plantación de árboles y plantas nativas que han evolucionado para sobrevivir en las condiciones de Chihuahua. La flora endémica no solo soporta mejor el clima extremo, sino que también juega un papel crucial en la conservación del ecosistema local, proporcionando hábitats para la fauna y contribuyendo a la estabilidad del suelo y la disponibilidad de agua.
Entre las especies de árboles recomendadas para la reforestación y plantación en áreas privadas en Chihuahua se encuentran el mezquite (Prosopis spp.), el encino (Quercus spp.), el huizache (Vachellia farnesiana), y el fresno (Fraxinus spp.). Estas especies están bien adaptadas a las condiciones extremas de calor y frío que caracterizan a esta región del norte de México.
- El mezquite es particularmente resistente a la sequía y tiene la capacidad de crecer en suelos pobres, siendo una opción excelente para reforestar áreas degradadas.
- El encino, por su parte, es un árbol robusto que también tolera bien las variaciones de temperatura. Sus hojas coriáceas y su capacidad de crecimiento lento pero seguro, lo hacen ideal para formar parte del paisaje chihuahuense.
- El huizache es otro árbol resistente a las condiciones áridas y extremas de Chihuahua. Este árbol espinoso, conocido por sus flores amarillas y su capacidad para crecer en suelos pobres y bien drenados, es vital para prevenir la erosión del suelo y mantener la estabilidad del terreno.
- El fresno es conocido por su resistencia al frío intenso y su capacidad para adaptarse a diversas condiciones climáticas. Aunque prefiere suelos húmedos, el fresno puede soportar periodos de sequía una vez establecido. Sus hojas caducas ayudan a crear un microclima favorable en verano, reduciendo la temperatura del suelo y el aire circundante.
Nota original: El Heraldo de Chihuahua