El campamento migrante ubicado en la avenida Juan Pablo II y calle Industrial 10 al sur de la ciudad, cerca de las instalaciones de Ferromex, sigue en crecimiento. La situación se agrava porque ya muchos solo esperan a que llegue la ayuda de la ciudadanía.
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El pasado sábado, el personal de la Casa del Migrante Chihuahua que opera la asociación Uno de Siete Migrando recibió al equipo de Médicos del Mundo y al Servicio Jesuita para Refugiados, quienes están interesados en realizar una intervención en el campamento y ayudar a la asociación que recientemente abrió sus puertas.
El director de la asociación, Jorge Pérez Cobos informó que con ambas organizaciones pudieron conversar de los servicios que brindan, cómo apoyan a las población en movilidad, pero sobre todo, cómo colaborar en conjunto para fortalecer alianzas y llegar a más personas.
En el albergue de Uno de Siete Migrando aún se realizan trabajos de remodelación, debido a que se trata de un espacio bastante amplio, por lo que además, se requiere de voluntarios para brindar la atención necesaria a personas en situación de movilidad.
En el campamento, muchos migrantes agarran sus cosas y emprenden su camino a pie, en busca de la mejor manera de llegar.
Mientras unos se van, otros llegan, por lo que el flujo de migrantes se mantiene y en la zona el foco de inseguridad e infección se recrudece.
Hay ciudadanos que buscan apoyar a las personas migrantes, por lo que llegan a ofrecer trabajo, tanto de limpieza en casa, jardinería, cocina, dependientes de tiendas entre otras. Las ofertas de empleo no son aceptadas por estas personas provenientes de diversos países, muchos prefieren irse a la zona centro a pedir limosna o poner a los niños a vender dulces.
Nota original: El Heraldo de Chihuahua