En la ciudad de Chihuahua se encuentran algunas personas que están pensando en quedarse a vivir en la capital, debido a que, en su experiencia, tanto las autoridades municipales como los ciudadanos los han tratado con respeto e incluso les han compartido lo suficiente como para que ellos hayan decidido quedarse en la capital.
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Este es el caso de Dairy y su esposo Jonathan, quienes se enamoraron de la ciudad, en especial del buen rato que los ciudadanos capitalinos y las autoridades locales les han brindado, por lo que, por medio de la página digital del Instituto Nacional de Migración comenzaron con el proceso para pedir la estadía en la ciudad capital.
La migrante venezolana y su esposo llegaron a la ciudad hace alrededor de dos meses, en un principio también querían partir de la ciudad, no obstante, al ser tratados con respeto por parte de los ciudadanos y las autoridades, quienes acudían frecuentemente para brindarles los servicios básicos para mejorar su estancia en la ciudad, comenzaron a pensar que sería buena idea quedarse.
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Posteriormente, consiguieron con ayuda de los chihuahuenses un disco para cocinar, donde comenzaron a preparar comida típica venezolana y a cocinar las comidas que los extranjeros les pedían para después venderla a un precio accesible para sus compatriotas y compañeros migrantes.
De esta forma, fue como tomaron la decisión final de quedarse en la ciudad de Chihuahua e iniciaron a recolectar la papelería necesaria para sacar sus papeles de permiso de estadía, al mismo tiempo en que construyeron un pequeño jacal donde se sienten más cómodos e incluso, están en mejores condiciones que antes.
Asimismo, Dairy comentó que quiere expandir su clientela, no quiere depender sólo de sí lleguen a o no migrantes al campamento, sino que, quiere compartir sus alimentos con la ciudadanía chihuahuense y para ello, quiere que el lugar se vea más limpio y decente, por lo que se ha puesto a limpiar junto con otros migrantes que también están pensando en quedarse en la ciudad.
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Esta acción de limpiar es también para demostrar que sus paisanos y ella misma no son personas sucias, sino que son personas que huyen de una situación de violencia y pobreza, “somos migrantes, no delincuentes", expresó la venezolana.
No obstante, dado a que el servicio de recolección de basura no llega como tal a este lugar a menos que las empresas de los alrededores les paguen el servicio, la basura que generan los migrantes permanece en los alrededores, montones de ropa sucia que se van quitando los migrantes, botellas de plástico, envoltura de comida, y otros artículos que van desechando.
Estos montones de basura son recogidos de vez en cuando por el Gobierno Municipal, sin embargo, Dayri indicó que tienen mucho tiempo sin acudir, por lo que algunos migrantes decidieron quemar la basura, lo cual no hacen cada cierto tiempo, acción que ya causó problemas a los trabajadores de la zona.
