Según los cubos interactivos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en Salud, durante el primer trimestre de 2024, más de 64 mil niñas y niños menores de 12 años presentaban sobrepeso y obesidad en grados 1 a 3 (de menor a mayor). Esta cifra refleja un aumento en los últimos dos años: en 2022 se registraron 62 mil 741 casos, en 2023 fueron 63 mil 923, y la estimación para 2024 es de 64 mil 315 menores en esta situación.
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Asimismo, se observa un incremento proporcional en la prevalencia de sobrepeso y obesidad a nivel nacional, de acuerdo con las Encuestas Nacionales de Nutrición Continua y otras herramientas que permiten evaluar este aumento tanto en el estado como en el país. Por ejemplo, en 2006, las prevalencias de sobrepeso y obesidad eran del 14.6% y 20.2%, respectivamente; sin embargo, para 2022 y 2023, estas cifras aumentaron al 17.2% y 23.9%.
La licenciada en Nutrición, Sonia Ramírez, destacó que esta tendencia no es resultado únicamente de la alimentación, sino que también refleja cambios en los patrones de conducta relacionados con la actividad física.
Señaló que esta situación está relacionada tanto con el entorno alimentario y la disponibilidad de productos como con la responsabilidad que deben asumir padres y madres para fomentar patrones dietéticos adecuados. Al igual que en muchos otros países, México presenta altas tasas de "mala nutrición", de tal manera que actualmente ya se observan problemas de sobrepeso y obesidad en niños menores de 5 años. Aunque estos casos no superan el 10%, ya se consideran un problema de salud pública.
Además, destacó que el consumo de nueces y semillas en la población, sin distinción de edad, es alarmantemente bajo, representando apenas el 1.7% y el 4.7% de la recomendación diaria. Estos productos son una excelente alternativa para sustituir dulces y caramelos, ya que las semillas son ricas en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, incluidos los Omega 3.
Por otro lado, el consumo de alimentos no recomendables ha aumentado. Según las encuestas más recientes, entre el 14% y el 20% de la población, incluidos niños y adolescentes, consume carnes frías y embutidos. La ingesta de comida rápida y antojitos mexicanos fritos varía entre el 7% y el 17%.
Señaló que, a partir de 2022, se reporta que más del 75% de la población adulta de 20 años en adelante presenta algún problema de exceso de peso. Explicó que para este tipo de estudios se utiliza una metodología que permite medir los índices de calidad de la dieta, basándose en un patrón descrito como saludable, lo que permite evaluar en qué medida las dietas se ajustan a esas características.
Entre estos patrones se incluye el de frutas y verduras, que se caracteriza por un mayor consumo de estos alimentos, así como de lácteos y sopas. También se contempla el patrón tradicional, que se basa en la tortilla de maíz, leguminosas y huevo, y el patrón de leche y líquidos, entre otros. Por esta razón, enfatizó la importancia de tomar medidas para reorientar los hábitos y patrones alimentarios desde una edad temprana.
Nota original: El Heraldo de Chihuahua