Tras el llamado de los obispos de varias diócesis en Guerrero, para que los líderes de la delincuencia organizada hagan una tregua y pacifiquen el estado, el Padre Jesuita y cofundador de la Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos, Javier “El Pato” Ávila, respaldó el llamado y consideró que este llamado es una muestra de la “ineptitud para pacificar el país” por parte de las autoridades del Gobierno de México.
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El padre Ávila, fue uno de los que alzó la voz por el homicidio de sus compañeros Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar en el mes de junio de 2022 por parte de un líder criminal que opera en la región de Cerocahui, dentro del municipio de Urique, ubicado en la Sierra Tarahumara, y quien además estuvo exigiendo justicia para capturar a los responsables y terminar con la inseguridad en esa región del estado.
“Creo por una parte que es una vergüenza para el gobierno de México, lo que está ocurriendo, ahí si podemos intervenir, en otras partes no nos dejan, nos dicen que para que nos metemos en esos temas”, compartió el sacerdote, quien hizo referencia que anteriormente no les permitían hacer comentarios sobre la violencia que sufrieron en Cerocahui, en Chihuahua por parte de un líder criminal.
“El Pato” Ávila, como se le conoce coloquialmente, refirió que como pastores deben hacer lo que sea necesario para lograr la paz, en este caso, afirmó que es una muestra clara, de la ineptitud de gobierno para pacificar las zonas que se encuentran con un fuerte conflicto armado y que deben salir a alzar la voz.
“Tenemos que salir y decirles oiga, también a nosotros nos matan, no peleamos por nosotros, peleamos por el pueblo, si es necesario hacerlo, que bueno que se hace, es una muestra clara, de la ineptitud de los gobiernos para pacificar al país” insistió el Padre Jesuita que radica en la Sierra Tarahumara en Chihuahua desde 1975.
Refirió que el llamado, que hicieron sus compañeros en Acapulco, Guerrero, también es un llamado a la conversión de estos sujetos, asegurando que no es el único camino de la vida y que tampoco es la única manera de conseguir la existencia, que es un camino muy negativo, porque es a cambio de muchas vidas y mucha delincuencia.
Insiste que el señor Jesús siempre llamo a la conversión, “ojala este diálogo, toque más de uno de los corazones de aquellos que están en esa región, que sean llamados a la conversión, sobre todo en este periodo de cuaresma, que somos todos llamados a la conversión al cambio de nuestras vidas”.
El padre Javier Ávila, dijo que esta actitud de los pastores, es una actitud muy apegada al pastor, que busca a las ovejas que se han perdido en el camino, donde hacen el llamado a que se calmen, que conviertan su corazón de piedra a corazón de carne, que vean la sangre que han derramado a consecuencia de sus actos.
“Pero insistió, los gobiernos no pueden, hay que entrarle a todos, el Presidente dice que bueno que salieron, pero cuando nosotros alzamos la voz, nos callan, es una intento fallido por intentar pacificar al país por parte de las autoridades en México” concluyó el cofundador de Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos.
El padre Ávila, es un Jesuita que radica en la Sierra Tarahumara desde 1975 y continúa viviendo hasta la fecha en aquella zona del estado de Chihuahua, por años ha alzado la voz por la inseguridad que sufren principalmente las comunidades más alejadas en el estado y la falta de oportunidades para las comunidades indígenas.
Además, desempeñó un papel destacado en la promoción de la creación de una mesa de diálogo horizontal dentro del Programa Interinstitucional de Atención al Indígena (PIAI), la cual es única en el país. En esta mesa, la sociedad civil, junto con los gobiernos federal y estatal, establecieron un espacio de diálogo para abordar de manera integral los temas relacionados con los intereses y necesidades de los pueblos indígenas de Chihuahua.