La Conferencia del Episcopado Mexicano condenó los hechos delictivos que se registraron en la comunidad de Santa Anita, en el municipio de Guachochi.
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En la zona serrana dos grupos criminales se enfrentaron por el control de la mafia que comanda el "Chapo Calín", donde se dispararon más de 700 balas que impactaron en el templo y además se dejó a un hombre decapitado en el atrio.
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Ante los cruentos hechos, la CEM exigió a las autoridades realizar su trabajo, a fin de mantener la estabilidad y el Estado de derecho, ya que el crimen organizado mantiene asoladas las diversas regiones del país.
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A través de un comunicado, la Conferencia del Episcopado Mexicano externó su solidaridad con los integrantes de la comunidad de Santa Anita, quienes están viviendo en el terror y en la incertidumbre que generan los criminales que mantienen el trasiego de drogas y armas.
Actualmente, las comunidades de Santa Anita, El Rosado y Nacachi, están desolados y los indígenas tienen miedo.
El párroco Enrique Urzúa resaltó que: “les pido a quienes provocan sufrimiento y muerte que se toquen el corazón, somos hermanos y no es posible que no sientan nada a ver cómo una comunidad completa sale dejando todo a la buena de Dios”.
A la vez, la Catedral de Guachochi compartió imágenes de las imágenes y Santos que estaban en el templo.
En la Catedral de Guachochi se realizará una oración pidiendo a Dios por la paz.
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