La temperatura dentro de la capital resulta extrema incluso para los mismos ciudadanos, por ello es que para los migrantes que arriban a la ciudad, las tardes calurosas y las noches heladas comienzan a cobrarles factura, aumentando las enfermedades cardiopulmonares, como la neumonía y empeorando el asma que muchos de los extranjeros ya padecen.
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Para pasar el frío de las noches en la capital, las personas en situación de movilidad que trajeron con ellos casas de acampar, es lo que han utilizado para protegerse del viento helado junto con ropa donada que utilizan como cobijas.
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Mientras que otros migrantes usan capas de cartón, sus propias mochilas y una cantidad suficiente de ropa, ya sea donada o de la que llevan consigo, para protegerse durante las noches, asimismo, las familias aprovechan el propio calor corporal, durmiendo muy juntos uno con el otro.
Una de las familias que permanecen en la ciudad de Chihuahua, comentó que durante la madrugada de este martes 7 de noviembre, poco más de 30 migrantes alcanzaron a subirse al tren que pasó por las instalaciones de Ferromex, dejándolos a ellos y otras cuatro familias atrás, quienes se quedaron dormidos en sus carpas.
Una de las familias que se quedó atrás, conformada por dos padres y un pequeño de menor de edad, comentó que cuando se encuentran cerca de las vías del tren, esperando a que pase uno para treparse a los vagones, no pueden poner la carpa, ya que esto es un impedimento para la agilidad y rapidez que requieren para alcanzar dicho transporte férreo.
"Así es como muchos de ellos (extranjeros) se han ido, subiéndose al tren por la madrugada, cuando los agentes de migración no están", asimismo, comentó una de la madre venezolana que los elementos del Instituto Nacional de Migración son quienes les mienten sobre las rutas de los trenes para que no se suban.
Esta familia tiene ya seis días en la ciudad, desde que fueron obligados a dejar los vagones, poco antes de llegar a las instalaciones de Ferromex; comentaron que creyeron que al llegar a Chihuahua les sería fácil subirse a uno de los trenes, no obstante, contaron que esta es la ciudad en donde más han batallado con los agentes de migración, quienes les impiden subirse a los vagones férreos.
Aun así, son conscientes de que no deberían viajar de forma tan peligrosa llevando niños con ellos, entienden que los elementos del INM solo hacen su trabajo y ven por su seguridad, "pero somos adultos y sabemos que es peligroso, aun así queremos intentar llegar por este medio a la frontera", fue el comentario de un padre de familia que viaja con su esposa y un niños de aproximadamente 6 años.
Este padre venezolano señaló que han tratado de viajar por camión, pero no les venden los boletos; han tratado de usar taxis y aplicaciones de transporte, y los precios que utilizan con ellos son demasiado altos; es por ello que la mejor opción, es la más peligrosa: los trenes.
Pese a las dificultades y enfermedades que han pasado en su viaje, estas familias están dispuestas a enfrentar vientos despiadados, calor insoportable y hambre constante, con tal de llegar a su destino en la frontera, donde esperan ser aceptados para buscar un lugar donde comenzar su vida desde cero.
Nota publicada originalmente en El Heraldo de Chihuahua