A 30 minutos de distancia de la capital del estado se encuentra el seccional de San Diego de Alcalá, en el municipio de Aldama, donde se localizan las tradicionales aguas termales, mismas que operan con una presión de agua que año con año va a la baja por la falta de lluvias.
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Lo anterior se ha agravado con la falta de lluvias; desde el 2021 los encargados de este establecimiento ya habían alertado a través de ese medio sobre la poca presencia de agua, debido a la baja captación de agua en el subsuelo y luego de haber atravesado por las restricciones por Covid-19, que paralizó toda actividad recreativa.
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De acuerdo al comisario ejidal, Javier Armando Jurado Aragón, la presión en los dos ojos de agua con la que operan estas aguas termales empezó a bajar desde el 2019, aunado a que en los últimos dos años no ha habido la presencia de lluvias suficientes en el estado.
Incluso en el año 2023, se consideró el año con peor sequía en las últimas cuatro décadas al acumular entre junio y agosto solamente 103 milímetros de lluvia, que son por mucho las menores precipitaciones pluviales desde 1985, según los registros de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
“Se nos acabó el agua totalmente por cuestiones quizá del vecino, los mantos acuíferos no han agarrado la suficiente agua por la situación de la seca”, comentó a la par de que daba a conocer que, desde la pandemia comenzaron con esta problemática, lo que ha provocado que el centro recreativo permanezca en el limbo de continuar o cerrar.
Para este año, los pronósticos son similares que hace dos años, es decir una poca incidencia de lluvias, incluso los distritos de riego ya tienen restricciones para el ciclo agrícola que está por iniciar, por la poca agua que existe en la superficie y por la sobreexplotación de los mantos acuíferos en todo el estado.
En este sentido, comentó que ya no hay afluencia de agua. “Vamos de bajada, no ha recuperado nada, pero todavía damos servicio, lo que es la alberca y los privados todavía tienen servicio público, ya va caminando la afluencia, Dios quiera y nos vaya bien esta Semana Santa”, comentó.
Otro de los motivos por el que se acaba el agua, los ejidatarios lo tienen detectado, pero que no lo darán a conocer hasta que no tengan las pruebas suficientes. “Sí se han detectado situaciones por las cuales se ha ido la fuente de agua”.
Actualmente el ejido tiene más de 70 ejidatarios registrados, los cuales participan en diversas actividades y en el mantenimiento del centro de esparcimiento, por lo que ya están preparándose para estos días santos, cuando esperan reactivar de nuevo la economía y buscar la forma de volver atractivo el punto con menos aguas termales.
Para poder llegar a este sitio, hay que tomar la carretera a Delicias, por lo que a 10 kilómetros de distancia de la capilla de San Judas, está el letrero, debiendo avanzar otros 10 kilómetros entre un camino pavimentado y otro de terracería, llegando al pueblo y de ahí a la zona de los ojos de agua.
Durante el camino, el panorama ya es seco, con arbustos tipo huizache y que generan espinas, aunado a que lo que eran las acequias ya muestran los daños de una sequía intensa en el estado de los últimos años.
Lo que es el vado de uno de los ríos, ya tiene las grietas que genera la falta de agua a consecuencia de la sequía, ya sin quedar incluso restos de ganado como en otros años se podía observar.
El comisario ejidal explicó que, de lo que se recolecta de entrada al centro de diversión y esparcimiento, que son 50 pesos por persona y 30 pesos por los privados, se destina para los gastos del seccional, tales como cercos y demás.
Destacó que en tras el cierre del hotel que estaba ubicado a unos metros de distancia de las aguas termales, la afluencia comenzó a subir un poco, pero que al bajar la presión del agua no podían darse abasto.
La operación del centro de esparcimiento
“Óscar”, quien opera el centro de esparcimiento desde hace cuatro años, comentó que de septiembre a la fecha, el número de asistentes comenzó a incrementarse, por lo que los recursos comenzaron a subir y poder tener mejores ganancias. La mayoría de las visitas buscan estar el fin de semana e incluso se quedan a acampar.
En el sitio laboran cuatro personas, entre ellos una familia rarámuri, quienes son los encargados de la limpieza y el resguardo en el lugar, ya que habitan ahí mismo en el complejo. “Venimos a laborar y en ocasiones aquí nos quedamos”, dijo.
Detalló que ya están con los preparativos para este próximo periodo vacacional de Semana Santa, donde esperan una afluencia de entre 250 y 350 personas, en su mayoría familias, los cuales llegan desde el jueves y se retiran el domingo.
Al interior se da servicio de sanitarios, asadores, vestidores y los tradicionales bancos de barro, estos últimos son muy recurridos por las mujeres, por lo que tienen que tener en resguardo este producto natural
El presidente seccional comentó que “la seca”, refiriéndose a la falta de lluvias de los últimos años, ha dejado una condición grave en lo que es la ganadería. “Está dura por todo lo de la seca, está dura; ahí estamos con que este año no hay ninguna ganancia”, dijo.
Destacó que, esperan que en este año lo más seguro es que no tengan ganancia y que todo quede en pérdida o algunos “salgan tablas”, como se dice coloquialmente. “ahorita como está la situación, no creo que salga, la venta es muy barata y no tiene caso deshacerse de él”.