El colectivo Agua y Bosques para la Vida lanzó un video denominado “El bosque se acaba y el agua no llega”, donde se denuncia la tala ilegal que está devastando la Sierra Tarahumara, donde el crimen organizado es la ley que impera para el saqueo de los recursos naturales.
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Los municipios más afectados son Bocoyna, Guerrero, Madera, Guachochi, Guadalupe y Calvo, Uruachi y Chínipas, donde se ha perdido el equivalente a 32 mil 407 canchas de fútbol.
La tala del bosque trae consigo dos grandes consecuencias: el aumento de la sequía y la alteración del ciclo de agua, que pone en riesgo el abastecimiento del líquido a las comunidades y poblaciones enclavadas en los desiertos del norte y amenaza la estabilidad de la vida por la violencia ejercida contra las poblaciones humanas que ahí viven.
El video se encuentra en youtube y en él se informa que el bosque ha disminuido de manera alarmante su masa forestal de 2001 a 2023, ya que perdió 21,800 hectáreas a causa de los incendios y 9 mil 048 hectáreas a causa de otros factores como la extracción criminal de bosque ante la caída del precio de la marihuana y la amapola. Entre octubre de 2022 y abril de 2024 se registraron 3,306,893 alertas de deforestación en Chihuahua.
La cubierta total deforestada es de 35 mil 900 hectáreas en el periodo comprendido entre 2017 y agosto de 2024, lo que equivale a 32 mil 407 canchas de fútbol. Los municipios más afectados son Bocoyna, Guerrero, Madera, Guachochi, Guadalupe y Calvo, Uruachi y Chínipas.
La deforestación y degradación forestal favorece la ebullición global, ocasiona la pérdida de la biodiversidad, afecta al bosque y a la vida silvestre, pero también a la calidad y cantidad de agua que se produce.
El bosque es un gran captador de humedad, agua superficial y subterránea, de la que dependen miles de hectáreas en las que se alojan bosques de pinos, encinos y selva baja, cuyos ríos y arroyos irrigan matorrales y desiertos en la región norte del país. Este territorio es el hábitat de mamíferos, aves, anfibios y peces que conforman parte de la gran biodiversidad que caracteriza a México, además de ser el espacio en el que han vivido ancestralmente comunidades indígenas, ejidos y propietarios agrícolas y poblados que hacen uso del vital líquido.
La sequía vulnera a las comunidades indígenas, propicia la migración porque el agua no es suficiente para las cosechas de temporal, ello los obliga a desplazarse.
Se documentó que desde el 2015 los grupos armados comenzaron a diversificar sus acciones delictivas, entre ellas la tala ilegal, que se encubría con permisos de aprovechamiento forestal y se negociaban con el remarqueo de anualidades pasadas que dejaban excedentes de pinos no cortados. Luego transitó hacia la compra de guías forestales o su falsificación. La tala ilegal pasó a la atala criminal porque ahora bajo coacción armada el grupo criminal la impone en los ejidos y zonas indígenas.
Desde el 2023 el crimen organizado controla los ejidos forestales más importantes en Guachochi.
El crimen organizado se convirtió en aliado del capitalismo para controlar los territorios y lograr la extracción de los recursos naturales.
En el video se hace énfasis en que los bosques de Chihuahua están controlados por el crimen organizado.
Ante ello la sociedad civil y la Iglesia Católica se han pronunciado en contra de la tala ilegal desde la década de los 90, pero desde el 2016 se han pescado que la destrucción masiva del bosque se ha intensificado. Este año, se asoció la tala ilegal con los incendios forestales provocados en el municipio de Bocoyna.
A pesar de que las denuncias han sido reiteradas, la Profepa no actúa, sólo de 2016 a 2021 se presentaron 399 denuncias.
La resistencia y defensa de los bosques ha ocasionado el homicidio de varios defensores del bosque. La impunidad ambiental se mantiene.
La Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos “Todos los Derechos para Todas, Todos y Todes (Red TDT), el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, la Red en Defensa del Territorio (Redeti), la Red Eclesial Medioambiental Mesoamericana (REMAM) y la colectiva Agua y Bosques para la Vida hicieron posible la realización del video.
Nota original: El Heraldo de Chihuahua