La competencia en la venta de comida y productos, así como el cobro por el uso de energía eléctrica ocasionó la división del campamento migrante en la zona sur, donde también existe una gran frontera de discriminación. En ambas zonas todo se vende: comida, cigarrillos, golosinas y hasta el agua.
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El predio que se ubica en la avenida Juan Pablo II e Industrial 10, era un solo campamento, donde gracias a una empresaria local, hoy candidata a un puesto de elección popular, se colocaron baños portátiles, una cocina y electricidad, situación que benefició a muchas personas.
Bajo el argumento de tener un mejor control de la población en situación de vulnerabilidad, decidieron colocar una malla para cercar la entrada y luego una barrera de láminas, tablones y ropa. Ahora, ese campamento es el "VIP", donde a las personas se les cobra por vivir “tranquilos”.
Esta zona es administrada por una persona que le apodan “El Güero” o “El Inge”, donde consideran que quienes se encuentran del otro lado de "su muro" , son problemáticos.
Del lado de la calle Industrial, el campamento sigue creciendo, a un costado del Oxxo, se instaló Jonathan, de origen venezolano, quien decidió emprender con una “tiendita”. Afirma que de su plata está pagando a quienes le ayudan a mantener limpia la zona comercial.
Esta persona relató que está considerando quedarse en Chihuahua, ya que con su trabajo desea mantener a su mamá, quien padece un tumor en la espalda, y a su papá, que es diabético.
“Quiero trabajar y colaborar en el aseo de la zona, porque no vengo de una mala familia”.
El emprendedor comerciante vende cigarrillos, papas fritas, frutas y agua a un costo entre 20 y 25 pesos. La carga del teléfono la cobra en 20 pesos. “Si yo como, quien me ayuda también comen porque todos somos migrantes”, pues además, en su casa de campaña le dio asilo a una familia originaria de Honduras.
El negocio surgió porque en el Oxxo no dejaban entrar a las personas migrantes, ahora sus ventas han bajado un poco porque en la tienda de conveniencia ya los dejan entrar de uno por uno.
En la zona también hay venta de comida, el platillo lo venden en 80 pesos, si alguien desea hacer uso del fogón, aunque sea para calentar agua para un café, les cobran 50 pesos.
Marvin afirma que a pesar de que todos están en la misma situación, hay muchas personas que se aprovechan, no hay solidaridad, pues se trata de supervivencia.
Durante la mañana del domingo se registró un incendio en la zona, debido a que la ropa sucia se prendió, al lugar arribaron elementos del Cuerpo de Bomberos para sofocar la situación e incluso les dejaron un poco de agua en el contenedor que usan para bañarse.
Al lugar llegan almas caritativas que les llevan ropa, jugos o alimentos, lo que agradecen, porque en ocasiones es el único alimento que ingieren.
Nota original: El Heraldo de Chihuahua