Más de una semana han permanecido un grupo de alrededor de 300 migrantes dentro de la ciudad de Chihuahua, quienes se encuentran varados cerca de las instalaciones de Ferromex y las vías férreas en Mápula, mismos que señalan que debido a que migración no les permite subirse a los trenes de Ferromex que se dirigen a Juárez, han tenido que encontrar lugares en la capital para pasar los días hasta encontrar un medio de transporte seguro que los lleve a la frontera con Estados Unidos.
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En un Oxxo que se encuentra sobre el Periférico Juan Pablo II cerca de las oficinas de Ferromex Chihuahua, se encuentran concentrados alrededor de 50 extranjeros de América del Sur, quienes en su mayoría son ecuatorianos y venezolanos que llegaron a la ciudad hace poco más de una semana por medio del tren.
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Estos migrantes contaron que fueron forzados a bajar de los vagones por los elementos del Instituto Nacional de Migración, mismos que hasta el momento no les han permitido acercarse a las instalaciones férreas, por lo que se encuentran acampando en dicho Oxxo y en lugares cercanos donde se refugian del frío nocturno y matutino.
Según su testimonio, durante la mañana del 6 de noviembre, un grupo grande de migrantes logró subirse a un tren de Ferromex con dirección a Juárez, los que se quedaron atrás no alcanzaron el tren debido a que los agentes de migración estuvieron rondando las vías evitando que este grupo de 50 personas con niños se acercaran a los trenes.
Ciudadanos chihuahuenses han atendido a este lugar para llevar medicamentos, ropa abrigadora y alimentos a los extranjeros, “agradecemos mucho el apoyo que nos han dado, pero lo que de verdad queremos es que nos dejen seguir nuestro camino a la frontera”, este continúa siendo el discurso que exclaman con desesperación los migrantes, como lo son Saúl y Marianela, dos ecuatorianos que emprendieron este viaje con 15 miembros de su familia.
Saúl comentó que son los agentes de migración quienes no los dejan avanzar, pues tanto el personal de Ferromex como las autoridades municipales y Guardia Nacional los han tratado con respeto.
Por otro lado, en la zona de Mápula donde el pasado 2 de noviembre fueron parados múltiples vagones con venezolanos arriba sigue en el mismo lugar, solo que esta vez con menos migrantes, dado a que durante la noche del pasado domingo varias camionetas del INM arribaron al lugar para llevarse a los extranjeros hacia la frontera.
Esto en base a los comentarios de varios venezolanos que decidieron quedarse en los vagones por desconfianza a los agentes de migración; son aproximadamente 150 personas quienes se quedaron en la misma ruta férrea cerca de las granjas de Mápula, a la altura de la capilla de San Judas Tadeo.
Durante el transcurso del 6 de noviembre, un albergue para migrantes arribó al lugar con víveres, medicamentos, ropa y paramédicos, quienes atendieron a las mujeres, niños y hombres que se quedaron en la capital, dado a que se ha reportado que muchas de estas personas padecen de enfermedades respiratorias crónicas como asma, la cual ha empeorado por los cambios de clima extremos que hay en la ciudad.
Al igual que los extranjeros en el Oxxo cerca de las instalaciones de Ferromex, estos migrantes piden a las autoridades que les permitan seguir con su camino por medio del tren, pues los que se quedaron tienen menores de edad con ellos, muchos de ellos aún son infantes de brazos con los que no pueden caminar grandes distancias y temen aventurarse con ellos por otros medios de transporte.
Muchos migrantes que se cansaron de esperar a que el tren se moviera y que algún ciudadano los ayudará con transporte a la ciudad Juárez, tomaron la decisión de continuar el camino a pie, ya sea que siguieran la carretera o caminan cerca de las vías para tomarlas como guía, debido a que la mayoría perdió sus teléfonos o se vieron obligados a venderlos en son de conseguir víveres para sobrevivir un día más.
Tanto los albergues de migrantes como ciudadanos y las casas aledañas a donde estos se encuentra, han brindado de productos esenciales para estos migrantes, como víveres, ropa, toallas higiénicas, pañales e incluso un lugar donde poder ducharse y dormir, pues sienten empatía con la causa que los obligó a huir de sus países.
Nota publicada originalmente en El Heraldo de Chihuahua