De acuerdo al reporte histórico de homicidios presentado ayer por el Inegi, en el estado aumentaron 90 por ciento entre 2015 y 2019, al pasar de 1 mil 540 a 2 mil 935, respectivamente, por lo que Chihuahua fue la tercera entidad federativa con más casos a nivel nacional el año pasado, después de Guanajuato con 3 mil 974 y el Estado de México con 3 mil 237.
Además, por población estatal, las tasas de homicidio por cada 100 mil habitantes señalan a Colima (105), Baja California (79) y Chihuahua (78) como las entidades más violentas, superando la media nacional de 29 durante 2019.
El Inegi revela que en más del 50 por ciento de los casos en Chihuahua, los homicidios fueron por arma de fuego, posteriormente sigue el homicidio con arma blanca y en tercer lugar por medio de estrangulamiento.
El aumento de homicidios en Chihuahua entre 1990 (primer año en que el Inegi registró el delito), y 2019, es exponencial, pues pasó de 315 a más de 2 mil 900, respectivamente.
En 2019 llegaron a ocurrir hasta 12 homicidios, principalmente en algunos municipios como Chihuahua, Ciudad Juárez, Madera y Bocoyna. Asimismo, mayo fue el mes más violento de 2019, con más de 237 homicidios.
A pesar de registrar un aumento en homicidios entre 2015 y 2019, la entidad aún está lejos de las cifras en 2010, cuando hubo 6 mil 407 asesinatos.
En los primeros seis meses 2020, en el estado ocurrieron 1 mil 431 homicidios dolosos, lo que representa el 56 por ciento de los registrados durante el año 2019.
En lo que a homicidios contra mujeres se refiere, en 2019 hubo 185 de los que 97 fueron ligados al crimen organizado, además 67 homicidios más relacionados a otras causas y 21 de estos eventos clasificados como feminicidios.
En lo que se refiere al municipio de Chihuahua, en enero se registraron 18 homicidios; en febrero, 34; marzo, 35; abril, 34; mayo 38 y junio 48.
Las estadísticas revelan que en 2019 acontecieron 36 mil 476 homicidios en todo México, lo que significa 29 homicidios por cada 100 mil habitantes a nivel nacional, tasa similar a la registrada en 2018.
En cifras absolutas, México reportó 36 mil 476 defunciones por homicidio, número apenas por debajo del año previo que registró 36 mil 385.
En 2019 un total de 3 mil 874 mujeres fueron asesinadas, las tres causas más comunes fueron agresión con disparo de armas de fuego (2 mil 119), agresión por ahorcamiento (588), y agresión con objeto cortante (516).
En el caso de los hombres, hubo 32 mil 372 víctimas y 230 personas no identificadas. Las causas más comunes en los asesinatos de varones fueron agresión con disparo de armas de fuego (22 mil 865), ataque con objeto cortante (3 mil 406) y agresión por ahorcamiento (1 mil 923), el resto se divide en “otras”.
“Modus operandi”
Dentro de la subcultura del crimen organizado, se crean modas y se innova en modus operandi en las formas de homicidios, pasando de los “encobijados” arrojados en brechas en los años 90, a las masacres en lugares públicos o los asesinatos frente a la familia de las víctimas.
“En los años 90, lo máximo era dejarlos en encobijados en brechas”, explica el experto José Carlos Hernández, quien señala, posteriormente aumentó el grado de crueldad y no bastando con eso se aumenta la adrenalina y se inventan entonces nuevas formas de destrucción, pasando a las ejecuciones en público dentro de las ciudades.
“Pasaron entonces a hacerlo en antros o lugares públicos, luego buscaron el paredón en bardas o paredes y posteriormente subieron a la categoría de colgarlos en puentes o descuartizarlos”.
Luego de esto, se hicieron actos más crueles como dejarlos en cazos de aceite hirviendo vivos o matarnos dentro del seno familiar a la vista de los hijos, creando entonces y socialmente hablando en Chihuahua lo que lleva el crimen organizando más de 25 mil huérfanos.
“Esto porque han ejecutado a ambos padres o a uno de ellos que en su mayoría no van a cerrar el ciclo de duelo, lo que lo convierte en un factor detonante para que estalle de nueva cuenta actos de crueldad a nivel masivo”.