La Diócesis de Parral llevó a cabo la misa solemne de la consagración personal a la Virgen de Guadalupe, llegando a los hogares de los creyentes utilizando los medios y plataformas digitales siendo el acto litúrgico dirigido por el vicario general, presbítero César Ortega.
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La solemnidad a Santa María de Guadalupe siguió su curso esta tarde con la liturgia de las seis de la tarde, que dio pauta para la noche de candelas, acto con el que se concluyen las celebraciones en honor a la guadalupana.
En el acto, el presbítero César Ortega, vicario general de la Diócesis de Parral, destacó que desde hace 489 años en este mes de diciembre se recuerda este acontecimiento donde la imagen de la Virgen de Guadalupe apareció en el cerro del Tepeyac.
Destacó que este acontecimiento está desde 1531 en nuestra nación, cultura y en la fe de los mexicanos, por lo que expresóno se puede ser mexicano sin ser guadalupano.
De igual forma mencionó que es la fiesta religiosa más grande y popular que une a todo el pueblo “le da una identidad nacional, como ningún otro acontecimiento en la historia de nuestro país”.
El sacerdote indicó: “Esta imagen bendita de la Virgen de Guadalupe no es solo un símbolo religioso más grande de la nación, va más haya debido a que sintetiza la fusión de dos culturas la de indios y mestizos, dando el comienzo de una nueva nación unidos todos por el rostro divino de la morenita del Tepeyac”
El fervor de los devotos tuvo que sentirse ahora desde los hogares, hubo quienes llegaron a las puertas de la catedral de nuestra señora de Guadalupe para acercarse a dar gracias, felicitar y pedir milagros a la virgen morena.