Tablajeros y carniceros de Ciudad Camargo, expusieron la problemática que enfrentan al trabajar en las nuevas instalaciones, desde agua limitada que se entrega en pipas, cables eléctricos sin una instalación adecuada que pone en riesgo a trabajadores, hasta entrega de carne para procesar sin el debido procesamiento, como las cabezas de ganado bovino con cuernos.
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Lo anterior, refieren que afecta a toda la ciudadanía que espera un servicio de calidad con el procesamiento de la carne que llega hasta sus mesas, por la mala ejecución de los procedimientos y deficiencias en la infraestructura.
Así lo planteó una persona que solicitó permanecer anónima, por temor a las represalias que pudiera recibir en su integridad física y la de su familia, pues señaló que quienes se han quejado, han sido amedrentados.
“El rastro no está terminado, no está en óptimas condiciones para dar funcionamiento a las carnicerías, no hay lo necesario, a estar hora todavía no llega la carne, las personas que dejamos encargados, ya nos bloquearon. Tuvieron tres años, y tumbaron el viejo (rastro) y dejaron el nuevo ya trabajando, y nos dijeron que se iba a arreglar los problemas, ‘ahí las cosas salen conforme van saliendo los detalles’; pero así no se puede trabajar”, manifestó.
Previamente, se hizo el cambio de actividades de unas instalaciones que contaban con antigüedad de más de un siglo, hacia un edificio nuevo de reciente construcción, sin embargo, los inconformes argumentan que aún no está lo suficientemente equipado, y que se está dejando morir al ganado en los corrales, porque tampoco les ponen atención.
“La Unión de Productores, carniceros o tablajeros, exigimos un buen servicio de calidad, tenemos que estar parando las cosas, que está mal, como dicen los compañeros, aquí no se puede. Después del mediodía y todavía no hay carne. Nos sentimos indignados”, acotó.
Entre las irregularidades, mencionó que el edifico debería estar dotado de un tanque estacionario de gas, porque hay que estar calentando el agua de donde se ‘pelonan’ los marranos; y en su lugar emplean unos sopletes conectados a un tanque de gas de 45 kilogramos, para calentar unos tanques grandes de agua.
“No estamos en contra de los trabajadores, sino que las instalaciones deberían entregarse bien. No nada más a nosotros, a nosotros sí nos exigen, y nosotros no podemos exigir. Van a agarrar más represalias, a cualquiera de las personas denunciantes, por eso hacemos responsables a las autoridades salientes y entrantes”, señaló.