Los protocolos de atención a personas infectadas por el virus SARS-CoV-2 no son efectivos, pues quienes presentan síntomas leves o moderados se les envía a casa y se les pide volver cuando se sientan peor, ocasionando que lleguen a los hospitales de manera tardía y con ello se incrementa la mortalidad, afirmó la doctora Laurie Ann Ximénez Fyvie, directora del Laboratorio de Genética Molecular de la UNAM.
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En México no se aplana la curva porque no se toman las acciones necesarias para que esto ocurra. El uso de cubrebocas es de mucha ayuda en la mitigación, afirmó la doctora Laurie Ann Ximénez Fyvie.
“El talón de Aquiles es el número de pruebas”, destacó la especialista, quien agregó que las medidas de mitigación no resuelven el problema, sino que se debe de hacer una detección oportuna adecuada a través de pruebas y aislamiento selectivo de casos positivos.
La jefa del laboratorio participó en el programa Chihuahua Adelante, donde enfatizó que el objetivo es lograr disminuir la extensión de los contagios, ya que ello ayudará a bajar el número de fallecimientos. “Cada contagio es un potencial enfermo, cada enfermo es un potencial hospitalizado y cada hospitalizado es un candidato potencial a fallecer”.
La especialista mencionó que toda la población tiene el mismo riesgo de contagio, sobre todo ahora que hay una removilización de personas en la etapa de pleno ascenso de casos.
La ampliación en sus capacidades para hacer pruebas diagnósticas de PCR es lo que sigue impidiendo un buen manejo.
Si hubiera un acceso gratuito a las pruebas sería ideal, ya que el costo de las pruebas en el laboratorio mucha gente no puede pagarlo.
Además señaló que el protocolo de atención no se ha adecuado y es obsoleto, en México para que una persona llegue a internamiento debe estar grave, en otros países los casos moderados se internan, en el hospital el progreso es bueno y logran recuperarse.
En México, una persona con síntomas leves a moderados va al hospital y sólo le hacen la prueba y lo mandan a su casa con una caja de paracetamol, y le dicen que regrese cuando esté más enfermo.
Refirió que el problema es que regresan cuando ya no se puede tratar, llegan con un daño sistémico y orgánico que el virus causa a una persona. Regresa cuando el daño pulmonar es extenso y es poco lo que se puede hacer para salvarlo médicamente.
La enfermedad ocasionada por el virus SARS-CoV-2 no es respiratoria, sino que es una enfermedad microvascular procoagulante progresiva, es decir estimula la formación de microtrombos (coágulos) que circulan en la sangre y se alojan donde encuentran resistencia, generalmente en los alvéolos pulmonares, por lo que impiden la circulación sanguínea y empieza a morir el tejido.
Con la muerte del tejido se inicia un proceso inflamatorio y las personas mueren a consecuencias de estos coágulos. Laurie Ann mencionó que de las autopsias de personas que han muerto por Covid-19 se conoce que en el cerebro se forman múltiples microembolias. También, embolias renales, embolias hepáticas, embolias cardiacas, todos los órganos son susceptibles a dañarse, el que se daña más frecuente es el pulmón.
Ante el panorama, exhortó a los ciudadanos a cuidarse y poder detectar de manera temprana la enfermedad, por lo que recomendó contar con un termómetro y oxímetro que les permita un monitoreo diario donde puedan detectar cambios.
El monitoreo de 24 horas con el oxímetro empieza a detectar bajas en saturación de oxígeno, se puede brindar un tratamiento simple de coagulación controlada y antiinflamación controlada por un médico, se puede revertir y evitar que la persona tenga complicaciones.
“Si algo va mal podemos acudir a recibir atención oportuna lo que disminuirá la ocupación hospitalaria y con ello decenas de miles de vidas no se pierdan”.