A más de dos años de que se reportó la desaparición de cuatro enfermeros en Parral, la Fiscalía General del estado ha detenido a por lo menos tres personas ligadas a este caso, pero a inicios del año se reportó el asesinato de un testigo “clave” de los hechos, quien fue privado de la vida dentro de un fraccionamiento en aquella ciudad.
Se trata de un joven quien fue identificado como Jesús Antonio T. M. conocido o apodado como “Chavita”, quien en enero de 2020 fue privado de la vida, luego de las investigaciones que realizó la Fiscalía General del estado para dar con los jóvenes Sigrid, Oswaldo, Mayra y Merari, quienes fueron privados de la libertad en mayo de 2018.
Según la investigación vigente en contra del joven, el día de los hechos habría acudido al lugar de la privación de los cuatro enfermeros y también sabía el destino final de los mismos, por lo que al avanzar en las indagatorias, aparentemente personal del mismo grupo armado fue quien lo privó de la vida ante el riesgo de que “soltara” esa información.
En los datos que han recuperado del caso de la desaparición de los enfermeros de Parral, es que sujetos armados, policías, entre otros acompañantes, acudieron al domicilio de los jóvenes para privarlos de la libertad, luego de que dos de ellos tuvieran contacto con un grupo criminal en Jiménez, de donde eran originarios.
Al conocer de ese intercambio de información fue que se apersonaron en dos ocasiones y se los llevaron a la fuerza, al comienzo eran cinco los jóvenes que se llevaron de ese domicilio en la colonia Kennedy, pero después abandonaron a uno de ellos a quien dejaron en libertad, tras ser reconocido por uno de los pistoleros.
Dentro de los datos de inteligencia que concentran los agentes investigadores, relacionan a Jesús “Chavita” con un grupo criminal que radica en Parral, bajo la orden de un hombre apodado “el Visky”, quien pertenece a la denominada Gente Nueva que pertenece al cártel de Sinaloa en el estado de Chihuahua.
El joven, de 26 años de edad, fue localizado sin vida en el fraccionamiento San José, donde luego de ubicar el cuerpo se logró su identificación por personal del Servicio Médico Forense, quien se hizo cargo de obtener la evidencia y retirar el cuerpo siendo entregado después a sus familiares.
Aunque al momento no han podido ser localizado los jóvenes privados de la libertad, se está concentrando información de un posible lugar donde podrían haber abandonados los cuerpos de los mismos. Sin embargo, al momento no han podido descifrar la ubicación y el destino final que le dieron a estos enfermeros.
Dentro de las investigaciones se establece que “Chavita”, otro presunto delincuente quien se encuentra fuera del estado, tendrían la información “clave” para conocer el destino de ese “cementerio” clandestino donde el grupo criminal deja los cuerpos de sus víctimas y que posiblemente pudieran estar los de estos cuatro jóvenes.
Trascendió que por una serie de disputas internas, el otro testigo clave que está fuera del estado teme regresar a Parral, toda vez que la muerte es lo único que lo espera, ya que desde hace varios meses intentó dejar al grupo criminal, pero se lo han negado, pero en ocasiones ha intentado ser un testigo protegido para conseguir una protección de este grupo delincuencial.
A la fecha las indagatorias continúan en el municipio de Parral, al momento dos agentes municipales han sido responsabilizados de forma directa por los hechos, mientras que una mujer, apodada como “Pamy” es señalada de trata de personas, que a su vez cuenta con información de al menos dos de los cuatro jóvenes.
Actualmente se responsabiliza a esa organización criminal de Parral de ser los responsables de haber privado de la libertad a los jóvenes y aparentemente privarlos de la vida, por la instrucción de “el Bin Laden”, quien es mano derecha del jefe máximo de esa organización criminal de Los Salgueiro.
Dentro del avance de las investigaciones también se logró identificar la colaboración entre grupos criminales con la trata de mujeres en Parral, quienes incluso eran llevadas a otros estados en avionetas privadas para criminales de mismo grupo delincuencial, y entre ese “catálogo” de mujeres, fueron ubicadas Mayra y Merari.