El primer año del gobierno federal ha dejado mucho que desear para los mexicanos, una economía estanca y una delincuencia agudizada son los principales resultados de la actual gestión federal, además de que los programas sociales están mal redirigidos y hay promesas de campaña incumplidas como la reducción en el precio de la gasolina.
Una calificación reprobatoria y descontento generalizado, ha dejado el primer año de Andrés Manuel López Obrador, el Banco de México reduce la proyección de crecimiento del PIB entre el 0.2 y el 0.7 por ciento.
La delincuencia crece en todo el país y no hay estrategias definidas en el combate al crimen organizado, en donde la única acción que fue la creación de la guardia nacional ha sido con una presencia selectiva y desplegada a antojo político.
El sector salud se encuentra colapsada, sin medicamentos, sin médicos, enfermeras y sobretodo con un presupuesto sumamente reducido en donde el desabasto de atención a pacientes es inminente y en crecimiento
Las políticas públicas en materia de beneficio social son erradas, actualmente están desprotegidas las madres trabajadoras, ya que con la desaparición de las estancias infantiles no pueden realizar sus labores cotidianas.
El costo al erario público de la cancelación del NAIM (Nuevo Aeropuerto Internacional de México), subió a niveles desproporcionados y se han tenido que liquidar miles de millones de pesos, sin contar con la perdida de lo ya invertido.
De nada sirve que haya puesto en venta el avión presidencial cuando se toman decisiones de políticas económicas erróneas, distribuyendo además los ahorros en programas asistencialistas a quien tiene menos necesidad.
Una de las promesas de campaña emblemáticas de Andrés Manuel fue la reducción en el precio de la gasolina, cosa que hasta el momento no ha ocurrido.