Abren clandestinamente por lo menos cuatro gimnasios de pesas en la ciudad. Quienes se encuentran como dueños o rentando dichos lugares para el deporte, no pueden prescindir del económico que necesitan para pagar el alquiler del espacio, así como del sueldo de sus trabajadores. Lo anterior luego de que, tras la pandemia por el Covid-19, fueran cerrados los lugares con grandes aglomeraciones entre personas, así como el contacto físico directo e indirecto entre ellos.
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Mientras que la pandemia del Covid sigue tomando alza entre la sociedad parralense, lejos viene a quedar como opción el cerrar sus negocios para algunos comerciantes y emprendedores locales esperando que esta situación mejore.
El problema comienza cuando quienes tienen a su cargo o se encuentran rentando dichos lugares de ejercicio, dejan de percibir la entrada económica que les llegaba día con día y mes con mes. Los recibos de luz, agua y renta no esperan, aunado a ello el salario que algunos siguen pagando a sus trabajadores que ahora están en casa bajo resguardo por la pandemia.
Es por ello, que la única opción viable que han visto es abrir clandestinamente, esto se supo extraoficialmente, incluso algunos de estos gimnasios los cuales se encuentran ubicados en el centro de la ciudad, así como aledaños al sitio, han aumentado su cuota mensual debido a que no pueden hacer pública la apertura y con ello la asistencia de personas se verá reducida. Se traduce como menos deportistas, menos entrada de dinero para los gastos del local.
Como muestra de ello uno de los dueños de dichos espacios para el deporte, quien por obvias razones prefiere permanecer en el anonimato, expresó que tanto para el gobierno local y estatal, parece más saludable permitir que se formen filas de personas en los comercios donde venden bebidas alcohólicas, que permitir la apertura controlado y con las medidas de sanidad necesarias de un gimnasio.