PARRAL, Chih., (OEM).- A punto de cerrar se encuentra al menos el 80 por ciento de los 70 bares y cantinas de la ciudad, por lo que si se alarga la pandemia hasta finales de año, la afectación será mayor al no tener cómo cubrir los gastos. En tanto, para seguir a flote hay quienes han llegado a arreglarse con los arrendatarios para que los esperen acumulándoseles rentas; mientras que otros han encontrado un ingreso económico trabajando “en la obra”, lo que les ha permitido continuar en pie a la espera del cambio en el semáforo.
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Fue la última semana de marzo cuando la cuarentena por la pandemia se hizo oficial a nivel estado. En ese entonces diversos tipos de comercios y establecimientos tuvieron que cerrar sus puertas al público en un intento por evitar el contacto y la propagación del Covid-19.
Se trata de los dueños y encargados que rentan espacios como bares y cantinas, los cuales se han visto duramente golpeados en su economía en cuanto a quedarse sin trabajo se refiere, ya que en su mayoría dependen de dicho rubro.
Es por ello que, tras la crisis derivada por la cuarentena, que aún no se le vislumbran posibilidades de acabarse, al menos el 80 por ciento de los agremiados están entre la disyuntiva de si es mejor desistir o mantener la esperanza que la mejoría llegue pronto.
De los aproximados 70 establecimientos que existen en nuestra ciudad en los giros de cantinas y bares, 56 están en las últimas y a un empujón de cerrar definitivamente, dio a conocer el representante del gremio.
Álvaro Chávez añadió que, si la crisis se alarga hasta finales de año, muy probablemente el cierre de estos establecimientos será del cien por ciento, debido a que no son dueños del propio espacio, quienes no han tenido que pagar renta mensual; tampoco tendrán como dar lo del refrendo, uso de suelo, entre otros, los cuales se renuevan cada año.
Dijo que aquellos cantineros y encargados de bares que no cuentan con otro ingreso económico aparte de su negocio, han tenido que salir a buscarlo aun cuando la falta de empleo haya empeorado por el Covid-19.
En este sentido, Felipe Corral, del bar “Enfiestado Parral”, añadió que entre las pocas opciones a elegir fue la construcción en el apartado de la obra.
Incluso, los ahorros y guardaditos que tenía de tiempo atrás fueron absorbidos por el cierre de su establecimiento; los recibos y servicios no esperan, esos si no están al día, cortan el suministro. Hasta prestado tuvo que pedir antes de conseguir trabajo por fuera, concluyó.
En otro caso similar está Armando Maldonado, dueño del bar Riviera, a quien con 14 años de trayectoria se le han acumulado cuatro meses de renta que no ha podido pagar.
Sin embargo, manifestó que llegó a un acuerdo con la arrendataria, quien lo iba a esperar por el tiempo necesario que así fuera y volvieran a reabrir los negocios, después de ello se pondría al día con lo rezagado.
Para Jorge Caballero la situación no ha sido tan deprimente como para otros; cuenta con las escrituras de su espacio y es dueño legítimo de su negocio, no tiene que pagar renta y se encuentra entre el 20 por ciento que puede llegar hasta finales de año antes de que la situación se agrave.
No obstante, tiene un empleo extra que le ha permitido pagar los recibos del establecimiento que mes con mes llegan; no puede mantener a sus trabajadores los cuales buscaron futuro por otros rumbos, mismos que aseguró volverán a laborar con él una vez cambie el semáforo.
Cabe resaltar que el representante del gremio, Álvaro Chávez, recalcó la necesidad con que cuentan quienes conforman este grupo, de ellos dependen las familias.