Para muchos un bandido, para otros más un héroe de la historia de México. Francisco Villa vio la luz del mundo un 5 de junio de 1878, hace justo 142 años, convirtiéndose en uno de los personajes mexicanos más reconocidos a nivel mundial por su lucha durante la Revolución Mexicana.
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Doroteo Arango Arámbula nació en Durango, en el municipio de San Juan del Río, pero el destino estaba escrito para el líder revolucionario, quien por diversas circunstancias tuvo que huir de su estado para refugiarse en Chihuahua, cambiarse el nombre y poco a poco ir escribiendo una historia bajo una identidad distinta a la que tuvo cuando nació.
Las diferentes batallas le dieron fama a nivel mundial, cientos de anécdotas giran en torno al hombre, al mito. Villa fue asesinado en Parral, Chihuahua, el 20 de julio de 1923 dejando a los pobladores aquella frase que aún es usada para promocionar la ciudad: “Parral me gusta hasta pa’ morirme”
Villa se definía a sí mismo como: “Soldado del pueblo y caudillo de mis soldados, servidor sincero y desinteresado de mi patria y de mi pueblo, leal hasta la muerte a mis jefes y a mis compañeros, el más alto sentimiento de patriotismo guía todos mis actos, patriota sincero y compañero ideal: Esos son los únicos títulos que sí reclamo, porque me pertenecen, porque he sabido conquistarlos al precio de mi sangre y de mis constantes esfuerzos.”
