El más importante programa de variedades de la televisión se llamó Siempre en domingo. De la mano de su conductor, el fallecido Raúl Velasco, surgieron no sólo talentos musicales, sino de la pantalla, como Pati Chapoy quien comenzó a trabajar con Velasco en 1969.
Entonces, recuerda, "un día de trabajo cuando comencé en la televisión era como el de hoy: muy agitado". Su jornada comenzaba revisando la correspondencia, "no había computadoras, teléfonos celulares, ni la rapidez de las redes en ese momento, entonces lo primero que hacía era abrir cada una de las cartas, leerlas y contestarlas a máquina para enviarlas por correo, había días en que eran 125 cartas".
Trabajaba de lunes a domingo, el día de mayor actividad por la transmisión del programa, que originalmente duraba 12 horas; ella recibía a los invitados y les sacaba información para que Raúl Velasco comentara en el programa. Así nació su curiosidad por saber algo más de los artistas y pronto se dio cuenta de que también era atractivo para el público.
La titular de Ventaneando comparte que los años que lleva trabajando en la televisión han sido "hermosos, llenos de recuerdos, pero al final de cuentas, el más lindo es éste, el que estoy viviendo".
Su primera incursión como conductora fue en un espacio sabatino de 10 minutos que se llamó Tijeritas tras los huesos de su artista favorito. Poco después, bajo la producción de Humberto Navarro, hizo el primer programa de espectáculos, El mundo del espectáculo por el Canal 2, "y a partir de ahí, hasta hoy", dice quien está al frente del programa Ventaneando en TV Azteca desde 1996.
El espectáculo es una actividad básica para el ser humano, asegura. "Te divierte, te distrae, si no existieran la televisión, el cine, el teatro, la música, el circo, el mundo sería un desastre, estaríamos sumidos en una depresión terrible", concluye la periodista al frente de un equipo de 40 personas que producen Ventaneando.
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