Los gobiernos europeos no quitan el dedo del renglón para impulsar tras la pandemia la producción de carros limpios y ayudar al ambiente, pero China prepara una regulación temporal que podría incrementar la producción de vehículos de combustión interna, en busca de dar oxígeno a las empresas automotrices en el mercado más grande del mundo.
El Ministerio de Industria de China dijo que podría relajar temporalmente las cuotas destinadas a impulsar la producción de coches eléctricos, en un intento por ayudar a los fabricantes de automóviles del mayor mercado del mundo a reactivar unas ventas gravemente dañadas por la contigencia del coronavirus.
China posee algunas de las normas más estrictas del mundo en cuanto a la producción de vehículos a combustión, mientras intenta disminuir los niveles de contaminación de las ciudades.
Los fabricantes de automóviles chinos están obligados a fabricar vehículos de nueva energía, entre los que se incluyen vehículos totalmente eléctricos, híbridos y de pilas de combustible de hidrógeno, a fin de ganar "puntos" que compensen una parte de los puntos negativos en los que incurren cuando producen vehículos con motor de combustión interna.
El Ministerio de Industria y Tecnología de la Información en China dijo que podría ajustar temporalmente las cuotas y permitir a los fabricantes de automóviles utilizar los puntos verdes que generen el próximo año para compensar los puntos negativos generados en este año.
Pese a la crisis que atraviesa la nación asiática, Tesla vendió en ese país 11 mil 95 unidades del Model 3 fabricado en Shanghái, más del triple del volumen vendido durante abril, según la Asociación de Vehículos de Pasajeros de China (CPCA, por sus siglas en inglés).
FRANCIA
El presidente galo, Emmanuel Macron,declaró que su objetivo es convertir a Francia en el principal productor de vehículos limpios de Europa, haciendo que los fabricantes de automóviles repatrien la producción del extranjero y desarrollen nuevos modelos en suelo francés.
"Necesitamos un objetivo motivador: convertir a Francia en el principal productor europeo de vehículos limpios, llevando la producción a más de un millón de coches eléctricos e híbridos al año durante los próximos cinco años", comentó en días pasados el mandatario europeo.
Para alcanzar ese objetivo, el presidente Macron dijo que Francia aumentaría la bonificación estatal para los consumidores puedan adquirir coches eléctricos de seis mil a siete mil euros.
ALEMANIA
Por su parte, Angela Merkel, la canciller alemana, quiere instalar un millón de puntos de recarga en la próxima década para alentar las compras de vehículos eléctricos. Sin embargo, para alcanzar los objetivos de emisiones de todo el bloque, es posible que la Unión Europea necesite hasta seis veces dicho volumen. En un momento en que la pandemia de Covid-19 está causando estragos en los presupuestos de los Estados con finanzas menos sólidas, llegar a esas cifras no será fácil.
La reforma más llamativa de Merkel ha sido la concesión de subvenciones de hasta seis mil euros a los consumidores que compren coches eléctricos. Sin embargo, es más importante el plan que tiene para aumentar el número de terminales de recarga de vehículos a un millón, frente a las 27 mil 730 actuales.
La Unión Europea lo necesita. El sector del transporte es responsable de una cuarta parte de sus gases de efecto invernadero, y quiere que las emisiones netas de carbono sean nulas para 2050.
Ese objetivo implica que en todas las carreteras de la Unión Europea haya 30 millones de automóviles con batería eléctrica para el año 2030, lo que representará un tercio del tráfico total.
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