La ciudad de Parral a través de la historia ha sido blanco de diversos fenómenos naturales que han causado estragos entre la población en diferentes épocas desde su fundación desde 1631. Algunos de estos sucesos resultan tan extraños como poco conocidos por los habitantes y los cuales pueden ir desde una inusual inundación hasta aquel día de 1969 cuando el impacto del meteorito de Allende alumbró nuestra ciudad “como si fuera de día”, narrarían después testigos de ese acontecimiento.
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A lo anterior se suman hechos históricos como los sismos que se han sentido a través de los años en la región sur del estado y concretamente en Parral. En este contexto, cómo olvidar el lunes 21 del mes de noviembre de 2022 cuando se registraron cuatro temblores de varias intensidades sólo ese día.
De acuerdo a datos oficiales reportados por el Servicio Sismológico Nacional, los hechos fueron casi simultáneos, entre las 14:49 de la tarde y hasta las 15:03 con intensidades que fueron de los 2.2 hasta los 3.8 grados en la escala de Richter, los cuales llamaron la atención de los habitantes porque un día antes, el domingo, se sintió un movimiento de 4.3 grados.
El movimiento telúrico del año 1928
Sin embargo, a esta serie de acontecimientos naturales le antecede uno en particular: el sismo del año 1928, el cual “partió la tierra” aquella noche del 31 de octubre cerca de las 22:12 de la noche, cuando la ciudad ya dormía y levantó de su lecho a gran parte de la población al sentir este hecho poco conocido. Otros testimonios cuentan que existe un registro pero del 1 de noviembre de ese mismo año.
Tal fue la sacudida de este fenómeno que los parralenses se levantaron a causa del sobresalto, entre sacudidas y movimientos provocados por el choque de las fallas naturales en las entrañas de la tierra. Se estima que este sismo tuvo una intensidad de 8 grados, pero no en la escala de Richter, sino en la de Mercalli.
Cuentan que su epicentro se registró a unos 20 kilómetros de la cabecera municipal de Parral, de acuerdo con reportes del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), provocando daños materiales considerables en las estructuras de aquella época.
Este movimiento se sintió a más de 360 kilómetros cuadrados en la región centro-sur del estado de Chihuahua; tanto así que sus efectos tuvieron repercusiones en otras localidades como Camargo y Meoqui, que se vieron afectados por “sonidos subterráneos intensos” que causaron daños en dos columnas de una iglesia.
¿Cómo lo describen otras fuentes históricas?
Por su parte, el escritor Eduardo Adolfo Esparza Terrazas narra en su libro “San José del Parral, historia de una ciudad de abolengo”, que este temblor se registró el 1 de noviembre de 1928 cerca de las 8:46 de la noche con una réplica menor hacia las 10:15 de la noche con una duración de 16 segundos y con una magnitud estimada en 6.5 grados en la escala de Richter.
Asimismo, otra de las poblaciones afectadas fue el municipio de Allende, donde hubo varios daños, incluso en Canutillo, una comunidad ubicada en Pecos, Texas, con afectaciones en estructuras, aunque no de la magnitud como en Camargo y Meoqui, como narramos anteriormente.
Se cree que la ruptura de una falla geológica provocó este hecho catalogado como muy destructivo debido a los daños provocados a las diferentes estructuras y al mobiliario. En aquellos años no se había desarrollado aún la escala de Richter, la cual mide la intensidad de la energía liberada en un movimiento, estos fenómenos se catalogaban de acuerdo al nivel de la destrucción provocada.
En tanto que la escala de Mercalli permite evaluar en una escala del 1 a 12 grados la magnitud de un temblor, según los daños causados, que van desde el movimiento oscilante de objetos hasta la destrucción total de un edificio con pérdida de vidas.
Cuenta Parral con una estación sismológica
Como colofón podemos mencionar que ninguna parte del planeta está libre de sismos o terremotos. Por lo que, a pesar de que el estado de Chihuahua no se encuentre en una zona sísmica, no quiere decir que no haya riesgos de que se presenten estos fenómenos naturales. Incluso la ciudad de Parral cuenta desde hace varios años con una estación sismológica que monitorea estos, la cual se ubica en el cerro de la mina La Prieta.
La estación sismológica de Parral fue instalada en el año 2006 la cual registra, almacena y distribuye datos de los movimientos que tiene el terreno, para informar sobre la actividad sísmica que tiene la región, además promueve el intercambio de datos que son utilizados en investigaciones nacionales e internacionales.