Sin duda México es un país lleno de tradiciones y oficios ancestrales que se han venido perpetuando hasta la época actual, siendo la medicina tradicional uno de los campos más antiguos que prevalecen hoy en día en algunas comunidades. Una de estas actividades es la de los sobadores, quiroprácticos populares que, según la creencia, pueden aliviar todo tipo de dolores.
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Al igual que las parteras, yerberos y adivinos, los sobadores forman parte de una tradición sanadora muy difundida en los pueblos de México, a la que acuden miles de clientes en busca de una cura casi milagrosa para sus males.
Sin tener estudios formales, se dice que estos expertos pueden sanar dolencias como espasmos, torceduras y el famoso “empacho”, pero ¿de dónde proviene esta costumbre y en qué consiste?
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¿Qué es un sobador?
Valiéndose de masajes y terapias transmitidas por vía oral, los sobadores son aquellos hombres y mujeres que se dedican a acomodar ciertas partes del cuerpo, sobando sobre la zona afectada. Para ello, suelen hacer uso de aceites vegetales o bálsamos que ellos mismos preparan.
Se podría decir que el sobador es una suerte de quiropráctico sin un título o estudios convencionales. Ya que su aprendizaje es meramente empírico y tiene sus propias técnicas.
Entre las enfermedades que tratan los sobadores se encuentran los calambres, torceduras, caída de matriz y el “empacho”; no obstante, también son muy buscados por mujeres embarazadas, pues se supone que sus masajes especiales pueden ayudar a acomodar el feto en el vientre materno.
A diferencia de otros oficios como el huesero y el masajista, la función de los sobadores está más enfocada en el área muscular, con resultados que van más allá de la mera relajación.
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¿Cuál es el origen de los sobadores?
Como toda medicina tradicional, el oficio del sobador proviene del sincretismo cultural con una marcada influencia indígena. Se cree que los antiguos mayas fueron de los primeros en practicar esta terapia en los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
No obstante, debido a las crecientes tecnologías, se trata de una tradición en peligro de desaparecer. De acuerdo a la Secretaría de Salud en Yucatán, actualmente solo quedan un total de 40 sobadores mayas tradicionales, mientras que en otras regiones del país, la cantidad podría ser mucho menor.
En algunas ocasiones, acudir con un sobador es la única opción para sanar enfermedades, como es el caso de quienes habitan en comunidades indígenas, pues factores como la pobreza y la carencia de servicios de salud los orillan a tomar estas medidas.
