En la actualidad es muy común que, debido a las actividades laborales, escolares o sociales, el ciclo de sueño se retrase, lo que puede ocasionar problemas de salud como ansiedad, depresión, padecimientos cardiovasculares y diabetes, esta última para quienes la padecen sufren de trastornos de sueño, mientras que el dormir poco y el dormir en exceso pueden afectar a una persona a desarrollar la enfermedad.
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La diabetes y los problemas del sueño están ampliamente relacionados y es que las oscilaciones de nuestros niveles de azúcar en la sangre pueden estar detrás de dormir poco o dormir en exceso, así como en la falta de descanso.
Dormir las horas adecuadas es fundamental para el organismo, como llevar una dieta balanceada o efectuar actividad física, ya que las funciones del sueño se encuentran en mantener el equilibrio de los sistemas inmunológico, cardiovascular, metabólico y neurológico.
Es por eso que, en el caso de la diabetes, la relación con el sueño es reciproca, pues padecer la enfermedad, especialmente en el tipo 2, incita a padecer trastornos de sueño.
También es cierto que dormir poco puede afectar a la persona e influir en que desarrolle diabetes, además de que una persona que duerme en exceso corre el riesgo de presentar obesidad y, por lo tanto, mayor riesgo de presentar esta enfermedad.
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¿Cuáles son los riesgos por no dormir bien?
El no dormir ocasiona que el organismo mantenga activado el sistema de alerta, por lo que hay un aumento en secreción de adrenalina, que origina un incremento en la frecuencia cardiaca, sudoraciones, palpitaciones, dolor de cabeza, ansiedad, angustia e irritabilidad.
Se considera también como otra consecuencia de la privación del sueño, el debilitamiento del sistema inmune, por lo que se encuentra menos fortalecido para combatir infecciones.
En la relación con los problemas de diabetes, la privación de sueño ocasiona que nuestro apetito aumente y al ingerir mayor cantidad de alimentos, puede alterarse la glucosa en la sangre y otros parámetros metabólicos.
Las horas de sueño van cambiando de acuerdo con la edad, por ejemplo, los recién nacidos deben dormir 18 horas, los niños en edad preescolar entre 10 y 12 horas, mientras que los adolescentes ocho horas y los adultos por lo menos siete horas.
La importancia del sueño debe ser considerada como uno de los hábitos de descanso adecuados, debido a que es fundamental para controlar tanto el peso como los niveles de glucosa en sangre y el dormir al menos 7 horas y con calidad, parece ser una de las claves para prevenir tanto la obesidad como el riesgo de diabetes.
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¿Qué es la diabetes?
La diabetes es una enfermedad relacionada con el nivel de insulina en el organismo. Cuando éste tiene dificultades para producir el nivel de insulina adecuado, nos encontramos con los picos de glucosa característicos de la enfermedad.
Cuando una persona duerme poco, se elevan los niveles de cortisol (e incluso de hormona del crecimiento) que es contraria a la insulina. Además, se suele tener más elevados niveles de sustancias que aumentan la resistencia a la insulina. Como pueden ser: la proteína C reactiva Interleuquina 6 o TNF alpha.
Pero por el contrario cuando se duerme bien regularme, se propicia que el páncreas pueda establecer los niveles insulínicos adecuados en la sangre.
Por el contrario, una restricción del sueño a 4 horas durante 6 ó 7 días puede llegar a producir un exceso de azúcar en la sangre, esto por reducirse la curva de tolerancia a la glucosa.
Es por esta razón que las personas que duermen menos de 6 horas diarias tienen el doble de probabilidades de padecer diabetes, que las personas con mejores hábitos de sueño.
Cuando los niveles de azúcar son muy altos, por encima de 200 mg/dl en ayunas (lo normal en ayunas es por debajo de 100 mg/dl), la persona siente mayor necesidad de orinar, además el cuerpo reduce en estos casos el nivel de agua acumulado en los tejidos, por lo anterior la tendencia es a tener sed y con más agua, es ir continuamente al baño.
Por su parte, los niveles bajos de azúcar en la sangre pueden producir malestar como sudoración, palpitaciones, nerviosismo, mareos y confusión, por lo que también alteran el descanso.
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Relación entre diabetes y menos horas de sueño
El número de horas de sueño tiene una relación directa con el denominado ciclo del sueño, que puede dividirse en partes. Lo que importa son las más reparadores, la tercera y la cuarta. Por ello, cuando tenemos constantes interrupciones de sueño, es posible que no se llegue a esas fases, lo que supone un mayor consumo de energía.
Existen algunas recomendaciones para evitar las alteraciones del ciclo del sueño, sobre todo para la población adulta y que son: acostarse y levantarse a la misma hora; no consumir café o alcohol por la noche; evitar realizar ejercicio tres horas antes de acostarse; optar por una merienda ligera; contar con un dormitorio cómodo, oscuro, tranquilo y que no esté demasiado cálido, ni muy frío; así como consultar al médico en caso de manifestar algún problema para dormir.
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Dormir adecuadamente no solo es importante para el manejo de la diabetes, sino que también lo pondrá de mejor humor y le dará más energía, ya que dormir poco afecta negativamente todas las áreas de su manejo, como cuánto come, qué elige comer, cómo responde a la insulina y su salud mental.
Una buena causa de dormir bien, es por el cerebro, el cuerpo y la diabetes, ya que ayuda a mantener un equilibrio en las actividades laborales, escolares o sociales.