La piel humana constituye el órgano más grande nuestro cuerpo, se trata de la capa límite entre el ser humano y el medio ambiente, que actúa como una barrera entre los órganos internos y el exterior, siendo una zona especialmente vulnerable para sufrir lesiones. Por suerte, un equipo de científicos se encuentra desarrollando un nuevo método para sanar heridas de forma más rápida con ayuda de hormonas, acelerando el proceso de cicatrización.
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La curación de las heridas de la piel depende en gran medida de la capacidad para regenerar el epitelio, tejido conjuntivo y de sostén. El proceso constituye un fenómeno complejo en el cual se enlazan entre sí diversas actividades celulares, las cuales llevan adelante el proceso de curación.
Cuando la superficie de la piel se encuentra intacta presenta una gran capacidad de resistencia y preserva a los órganos internos de agresiones que puedan ser causadas por factores externos. Protege frente a invasiones de microorganismos y puede resistir hasta cierto punto las influencias dañinas de ciertos productos químicos y de los rayos ultravioleta; no obstante, sigue siendo susceptible de padecer lesiones, así como infecciones por hongos y bacterias.
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La investigación que promete acelerar la curación de la piel
Recientemente, investigadores han revelado un nuevo enfoque para el tratamiento de lesiones y heridas; además de infecciones bacterianas en la piel humana. Los resultados demuestran que las células de denominadas monocitos, un tipo de glóbulos blancos, son capaces de acelerar la cicatrización de las heridas, lo cual servirá para desarrollar nuevas terapias.
Los monocitos contribuyen a la cicatrización de heridas al regular los niveles de la hormona leptina (sintetizada en el tejido adiposo), así como el crecimiento de los vasos sanguíneos. De hecho, también producen otra hormona llamada grelina, que ayuda en el proceso de cicatrización.
La grelina se produce en nuestro estómago cuando sentimos hambre, mientras que la leptina es generada por las células grasas después de comer. El siguiente paso de los investigadores es comprender mejor cómo funcionan las células inmunitarias, como los neutrófilos, al momento de una infección.
“Es emocionante que hayamos hecho un descubrimiento fundamental que podría mejorar las infecciones y la reparación de tejidos en humanos, especialmente en los casos difíciles de tratar”, manifiesta la autora del estudio, la doctora Rachel Kratofi.
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Uso de hormonas metabólicas para reparar tejidos de la piel
Antiguamente, se creía que los glóbulos blancos como los neutrófilos y monocitos se reclutaban para eliminar las bacterias en un área infectada de la piel, debido a que cuando estas células trabajan juntas, constituyen la primera línea de defensa cuerpo contra el sistema inmunitario; no obstante, ahora se reconoce el equilibrio entre las hormonas grelina y leptina como parte importante para el metabolismo y la dieta, aunque hasta ahora se desconocía a detalle su relación con la reparación de tejidos.
La doctora Kratofil logró observar la respuesta inmune a la bacteria straphulococo aureo en un modelo animal, por medio de microscpía intravital, que permite visualizar células vivas. Tras la infección, el organismo reclutó células inmunitarias, neutrófilos y monocitos.
Los monocitos ayudan sanar los tejidos mientras los neutrófilos combaten a las bacterias; sin embargo, al no haber monocitos, aumenta la producción de leptina, lo que provoca el crecimiento de vasos sanguíneos en la infección, mientras que la grelina inhibe el crecimiento excesivo de los vasos sanguíneos inducido por la leptina, logrando así un equilibrio para la reparación de tejidos.
“Esta investigación es importante porque indica un cambio de paradigma que desafía el pensamiento actual de que los neutrófilos y los monocitos eliminan las bacterias. Nuestro estudio eleva el papel de los monocitos en la reparación de heridas”, señala la doctora Kratofi.
Con este descubrimiento, se abre la puerta a la introducción de hormonas metabólicas (grelina y leptina) en inmunología y microbiología, e incluso ver cómo responden en otros modelos de enfermedades como el cáncer. El siguiente paso de los científicos consiste en analizar cómo funcionan las células inmunitarias, como los neutrófilos, durante la infección.