El término "wax" se refiere a un concentrado de cannabis extremadamente potente que tiene una consistencia pegajosa similar a la cera, de ahí su nombre. Este producto también es conocido como "dabs" o "BHO" (Butane Hash Oil) debido al proceso de extracción que utiliza butano para extraer los cannabinoides del cannabis. Su popularidad ha crecido significativamente en los últimos años, especialmente entre los jóvenes.
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El wax contiene una alta concentración de THC (tetrahidrocannabinol), el principal compuesto psicoactivo del cannabis. Mientras que la marihuana tradicional puede tener entre un 10-20% de THC, el wax puede contener hasta un 90% o más. Esta potencia elevada es uno de los principales atractivos, pero también uno de los mayores peligros.
Se consume principalmente a través de un proceso llamado "dabbing", que implica vaporizar el concentrado e inhalar el vapor. Esto se hace con la ayuda de un "dab rig" o vaporizador especializado. A diferencia de fumar marihuana, puede producir efectos más intensos y rápidos debido a la alta concentración de THC.
¿Cuáles son los efectos del "wax"?
Los efectos inmediatos del consumo de wax incluyen una euforia intensa, alteraciones sensoriales, y un aumento del ritmo cardíaco. Para los jóvenes, estos efectos pueden ser especialmente peligrosos ya que su cerebro todavía está en desarrollo. El consumo de altas dosis de THC puede interferir con las funciones cognitivas y el desarrollo emocional.
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El consumo regular de wax puede tener consecuencias graves para la salud mental. Los jóvenes que usan estos concentrados están en mayor riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad, depresión y psicosis. Además, la dependencia y la adicción son riesgos significativos, dado que el uso continuo puede llevar a una tolerancia alta y a una necesidad constante de mayores dosis para obtener los mismos efectos.
Además de los riesgos mentales, el wax puede tener efectos adversos en la salud física. La inhalación frecuente de vapores puede dañar los pulmones y las vías respiratorias. El uso de butano en el proceso de extracción también puede dejar residuos tóxicos en el producto final, que, al ser inhalados, pueden causar daño pulmonar y otros problemas de salud.
El "wax" y el consumo en jóvenes
Muchos jóvenes intentan hacer wax en casa, lo cual es extremadamente peligroso. El proceso de extracción con butano es altamente inflamable y puede resultar en explosiones si no se maneja correctamente. Esto ha llevado a numerosos accidentes graves y quemaduras entre los jóvenes que intentan producir su propio concentrado.
Las redes sociales han jugado un papel crucial en la popularización del wax entre los jóvenes. Videos y publicaciones que muestran su uso a menudo ignoran o minimizan los riesgos, presentándolo como una forma segura y moderna de consumir cannabis. Esta desinformación puede llevar a un mayor uso y a una subestimación de los peligros asociados.
Es esencial aumentar la conciencia sobre los riesgos asociados con el wax entre los jóvenes. Las campañas educativas deben centrarse en los peligros específicos de los concentrados de cannabis y promover alternativas más seguras. Los padres, educadores y profesionales de la salud tienen un papel crucial en la prevención del uso de wax y en la promoción de un enfoque saludable y bien informado hacia el consumo de sustancias.