"No cenes tarde ni pesado", "no veas películas de terror antes de dormir"... estas y otras tantas recomendaciones se nos daban cuando eramos pequeños, como una medida de evitar tener pesadillas al dormir, y es que, ¿quién no enfrentaba sus mayores temores al apagar la luz cuando niño?
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Las pesadillas, esas perturbadoras imágenes mentales que nos visitan mientras dormimos, son más comunes de lo que creemos y tienen un trasfondo psicológico que varía según la edad y las experiencias de cada persona. Un estudio reciente realizado por el Instituto Central de Salud Mental en Mannheim y la Universidad de Friburgo, retomado por UNAM Global, ha determiando cuáles son las pesadillas más recurrentes en adultos y cómo estas evolucionan a lo largo de la vida. Esta investigación incluyó a más de mil 200 personas, saliendo a relucir una amplia gama de temores que van desde lo sobrenatural hasta preocupaciones más cotidianas.
¿Cuáles son las pesadillas más recurrentes?
¿Sueñas que te persiguen? Este tipo de sueño es uno de los más comunes y se relaciona con una sensación de amenaza inminente. Según el estudio la persecución es una de las pesadillas más frecuentes, donde el soñador siente que está siendo seguido o cazado, sin que necesariamente haya una agresión física directa. Los perseguidores pueden ser personas, animales o incluso entidades sobrenaturales. Este tipo de pesadilla parece mantener su popularidad desde la infancia hasta la adultez, y refleja una sensación de vulnerabilidad o ansiedad no resuelta.
Otro tipo de pesadilla común es la del fracaso. Este tipo de sueño involucra situaciones en las que no se logra un objetivo importante, como llegar tarde a un evento importante, perderse en un lugar desconocido o no poder comunicarse adecuadamente. El estudio señala que alrededor del 18% de los participantes reportó haber tenido sueños de este tipo, mayormente en hombres. Estas pesadillas reflejan el temor al fracaso personal o profesional, y suelen aparecer con más frecuencia en adultos que enfrentan altas expectativas o presiones sociales.
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La agresión física también ocupa un lugar importante en las pesadillas de los adultos. Sueños de ataques, secuestros, violencia o amenazas físicas fueron reportados por un número considerable de participantes. Este tipo de pesadillas pueden estar relacionadas con experiencias traumáticas, miedos subyacentes o sentimientos de inseguridad. Son especialmente comunes en personas que han pasado por situaciones de peligro real o que viven en entornos de violencia.
Los accidentes forman parte de otro grupo importante de pesadillas. El estudio reveló que aproximadamente el 15% de los participantes mencionaron haber soñado con caídas, siniestros vehiculares, ahogamientos u otros tipos de accidentes graves. Estos sueños suelen reflejar la sensación de pérdida de control sobre alguna situación de la vida real o el miedo a que algo salga terriblemente mal sin previo aviso.
En cuanto a las preocupaciones relacionadas con la enfermedad y la muerte, estas pesadillas suelen aparecer con mayor frecuencia en personas adultas, en especial aquellas que enfrentan problemas de salud o tienen seres queridos enfermos. Aproximadamente el 12% de los participantes mencionó haber tenido sueños de este tipo. La mortalidad y la fragilidad humana son temas difíciles de enfrentar, y a menudo se manifiestan en forma de sueños perturbadores donde la salud o la vida de alguien está en riesgo.
Además de las pesadillas que reflejan peligros físicos, el estudio encontró que existen otros tipos de sueños perturbadores relacionados con preocupaciones psicológicas o emocionales. Uno de estos son los sueños de conflictos interpersonales, que incluyen situaciones de hostilidad, rechazo o humillación. Este tipo de pesadilla es más común en mujeres y refleja miedos relacionados con las relaciones personales y la autoimagen.
La preocupación general, donde el soñador siente que algo está mal pero no puede identificar qué, también fue reportada por muchos participantes. Este tipo de pesadilla suele generar altos niveles de ansiedad, ya que la sensación de que algo anda mal sin una causa específica puede ser tan perturbadora como una amenaza física concreta. Es una manifestación onírica del estrés y la incertidumbre de la vida diaria.
Las catástrofes naturales como terremotos, incendios o inundaciones también son temas recurrentes en los sueños de los adultos. Curiosamente, las mujeres reportaron más sueños de este tipo que los hombres, lo que podría estar relacionado con preocupaciones sobre el bienestar de los demás o el miedo a eventos incontrolables que pueden alterar la vida de manera significativa.
Un aspecto interesante de este estudio es como la frecuencia y las características de las pesadillas cambian con la edad. Los adultos mayores, por ejemplo, tienden a tener más pesadillas relacionadas con conflictos interpersonales y fracasos. Esto podría reflejar un cambio en las prioridades y preocupaciones a medida que se avanza en la vida.
¿Cuáles son las pesadillas de los niños?
Los niños, en cambio, tienen más sueños relacionados con miedos sobrenaturales, como entidades malignas o monstruosas, que reflejan los temores comunes de la infancia.
Finalmente, el estudio también sugiere que ciertas pesadillas podrían estar vinculadas con la salud neurológica. Investigaciones recientes indican que algunos patrones de sueño perturbador podrían estar asociados con trastornos neurológicos como el párkinson, lo que abre una interesante línea de estudio sobre la relación entre los sueños y la aparición temprana de enfermedades.
Las pesadillas no solo son un reflejo de nuestros miedos más profundos, sino que también evolucionan con nosotros a lo largo de la vida, mostrando cómo nuestras preocupaciones cambian con el tiempo. Desde la infancia hasta la vejez, nuestros sueños nos ofrecen una ventana a nuestros estados emocionales y psicológicos más íntimos.