En los límites entre Chihuahua y Durango, en el municipio de Coronado, se existe monumento que encierra siglos de historias y misterios: el Osario de la hacienda de Guadalupe de Bagües. Este relicario de huesos humanos, construido hace más de trescientos años, es el último vestigio de una época pasada, testigo del paso del tiempo y de los acontecimientos que marcaron la región.
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La antigua necrópolis, ubicada en lo alto de una colina rodeada de huizaches, se alza desafiante, resistiendo al abandono y al olvido que la rodean. Su estructura piramidal, elaborada con piedra y cantera labrada, ha soportado las inclemencias del tiempo, aunque hoy se encuentra al borde del colapso, como si el peso de los siglos hubiera finalmente cobrado su peaje.
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Dentro de sus muros, decenas de piezas óseas yacen en reposo, testigos mudos de la vida y la muerte de aquellos que habitaron estas tierras. Aunque el osario ha sufrido el embate de las últimas lluvias, que han causado el derrumbe de una de sus paredes, aún conserva parte de su esplendor, atrayendo a quienes se aventuran a descubrir sus secretos.
Catalogado como un monumento histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, este lugar ha sido víctima del abandono y la indiferencia. Alejado de la mirada de los turistas y de las autoridades, su deterioro avanza cada vez más rápido, amenazando con borrar para siempre una parte fundamental de la memoria regional.
¿Cómo se divide la estructura del osario?
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La composición estructural del osario revela la jerarquía social de quienes fueron depositados en su interior: Mientras que los más acaudalados ocupaban los nichos laterales, reservados para las familias distinguidas, los demás eran relegados al interior de la pirámide, en lo que parecía ser una fosa común. Esta distribución refleja las desigualdades y divisiones de la sociedad de aquel entonces, marcando para la posteridad la brecha entre ricos y pobres, vivos y muertos.
Pero el osario no es solo un lugar de reposo eterno, sino también un escenario de luchas y enfrentamientos. Las leyendas locales hablan de tesoros enterrados y de ancestrales rituales, alimentando el misterio que envuelve al lugar.
Doña Delfina, una de las últimas habitantes de Guadalupe de Bagües, considera el deterioro del osario una situación lamentable. Para ella, este lugar no solo es parte de su identidad y de la de su comunidad, sino también de toda la comarca. A pesar de las dificultades, sigue acudiendo al cementerio para rendir homenaje a sus seres queridos.
¿Cómo llegar al Osario en Coronado?
Si ha despertado en ti el interés de conocer este místico lugar, debes saber que para llegar a Guadalupe de Bagües desde Parral, Chihuahua, debes tomar Carretera Federal 24 en dirección sureste. Seguir esta carretera, que te llevará a través de diversos paisajes hasta llegar a Coronado, donde deberás buscar las indicaciones locales hacia Guadalupe de Bagües. En esta etapa del viaje, podrías necesitar tomar algunas carreteras secundarias, por lo que es útil consultar con los lugareños para obtener direcciones precisas y actualizadas.
Si dispones de un dispositivo GPS o una aplicación de mapas en tu teléfono móvil, ingresa "Guadalupe de Bagües" como tu destino para obtener indicaciones paso a paso desde Parral. Asegúrate de llevar suficiente agua, alimentos y combustible, ya que podrías atravesar áreas menos pobladas. Verifica las condiciones del tráfico y las carreteras antes de salir para evitar contratiempos. Al seguir esta ruta, llegarás al histórico osario y podrás explorar su fascinante historia y misterios, una cosa es segura, no te arrepentirás.
