Sin duda, el futbol americano es un deporte de contacto que puede ser bastante peligroso para quien lo practica, ya que los jugadores se ven expuestos a sufrir lesiones sobre la cancha, como queda evidenciado en el reciente caso de Damar Hamlin, el safety de los Buffalo Bills que se desplomó sobre el terreno de juego, tras recibir una tacleada sobre un receptor de Cincinnati.
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Lo cierto es que los golpes no son nada nuevo para la NFL, se sabe que lesiones como los esguinces y fracturas son bastante comunes, al igual que las roturas de menisco y lesiones de cartílago; sin embargo, también se llegan a dar situaciones mucho más graves, sobre todo cuando afectan el área de la cabeza.
Así mismo, aunque ciertas contusiones puedan parecer algo no muy grave en el momento, la verdad es que, a largo plazo, pueden originar un daño cerebral considerable e irreversible. Tanto es así que, una película protagonizada por Will Smith, nos demuestra que los daños colaterales originan una enfermedad que afecta únicamente a quienes practican este deporte.
La Verdad Oculta, cinta que expone los peligros del americano
Estrenada en el año 2015, la película lleva por nombre Concussion, traducida en Hispanoamérica como La Verdad Oculta. Se trata de una cinta basada en hechos reales, que narra los intentos de un médico por exponer el riesgo que sufren los jugadores profesionales de futbol americano.
Protagonizada por Will Smith y Alec Baldwin, describe la historia del doctor Benneth Omalu, un patólogo forense de Nigeria que es constantemente silenciado por la NFL, a fin de no hacer públicos sus descubrimientos sobre la salud de los jugadores.
Todo empieza con la muerte de Mike Webster, quien jugaba como excentro de los Pittsburg Steelers y fue hallado muerto dentro de su vehículo. Es entonces cuando el doctor Omalu, encargado de realizar la autopsia, descubre que el difunto presentaba un daño cerebral severo; no obstante, la situación no es tan simple como parece, y tras mucho investigar, el médico forense, descubre que se trata de una nueva enfermedad, ligada a la práctica deportiva de contacto.
La enfermedad habría cobrado la vida de varios jugadores de la NFL
Al pasar el tiempo, el doctor Omalu descubre que al menos otros tres jugadores fallecidos; Terry Iong, Justin Strzelczyk y Andre Waters, sufrían síntomas muy parecidos a los de Webster, llegando a la conclusión de que todos habrían muerto por la misma causa a largo plazo, lo cual genera la duda, ¿Cuántos jugadores de la NFL padecerían la misma situación?
En un intento de averiguar la verdad, el doctor intenta presentar sus conclusiones ante el comité de seguridad de la NFL, con el fin de alertar a los jugadores; sin embargo, el médico no es tomado en serio, y se ve sometido a una considerable presión para silenciar sus descubrimientos, evidenciando con ello, la turbia corrupción que existe en la industria deportiva.
No obstante, pese a los intentos por desacreditarlo, con el tiempo la verdad sale a la luz, y el mal que afectaba la salud mental de los jugadores, finalmente tiene un nombre.
¿Qué es la Encefalopatía traumática crónica?
La enfermedad descubierta por el doctor Bennet Onalu, fue nombrada como encefalopatía traumática crónica, descrita como una degeneración progresiva de las neuronas causada por varios traumatismos craneoencefálicos, por lo general en atletas y deportistas de contacto.
La enfermedad se manifiesta con el tiempo en los jugadores de fútbol americano, como consecuencia de los constantes golpes en la cabeza que reciben dentro del campo. Los síntomas incluyen cambios en el comportamiento, alteraciones en el estado de ánimo y problemas en el funcionamiento de la mente, los cuales se van agravando con los años.
El descubrimiento de la enfermedad generó disgusto a una de las corporaciones más poderosas del mundo, la National Football League (NFL) por lo que trataron de desacreditar la información publicada por el doctor Bennet Omalu, quien decidió correr el riesgo de enfrentarlos para dar a conocer la verdad.
Una pesadilla que no tiene cura
Se estima que, alrededor del 3% de los jugadores de futbol americano que han sufrido varias conmociones cerebrales, a pesar de no ser muy graves, desarrollan encefalopatía traumática crónica en un futuro.
Los investigadores aún no conocen la frecuencia de enfermedad entre la población y no entienden las causas. Además, no hay cura para la encefalopatía traumática crónica.