En la haber de la historia de Parral se guarda uno de los acontecimientos que, por su naturaleza causa el asombro y la admiración de propios y extraños: La Expedición Punitiva.
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¿Qué fue la Expedición Punitiva?
La expedición punitiva fue una campaña militar emprendida por el gobierno de Estados Unidos para capturar a Francisco Villa. Invocando un tratado de mediados del siglo XIX, que permitía a las autoridades de ambos países continuar con la persecución de bandidos aunque estos cruzaran la frontera, el 15 de marzo de 1916 soldados del ejército norteamericano penetraron a nuestro país.
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Las tropas de caballería, infantería y artillería, comandadas por el general, John J. Pershing, entraron a México por Palomas, Chihuahua, el objetivo era neutralizar a las fuerzas villistas, capturar y castigar a Francisco Villa por el ataque a la población de Columbus, ocurrida una semana antes.
Lo que nunca imaginó el general John J. Pershing, fue la respuesta del pueblo parralense ante la acción del ejército estadounidense, y es que con orgullo y valentía hicieron frente a la intervención extranjera. El solo hecho de imaginar las calles de Parral llenas de personas que, a pesar del miedo, se unieron para enfrentar a los soldados estadounidenses que irrumpieron en su ciudad es algo que asombraría a cualquiera.
Pero no sólo eso, en este histórico evento destaca la figura de Elisa Griensen, una joven que lideró la resistencia junto a un grupo de jóvenes estudiantes de la Escuela 99.
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Así habrían ocurrido los hechos
La señorita Elisa Griensen, cuñada del acaudalado don Pedro Alvarado es a quien comúnmente se le atribuye la dirección de este incidente de tintes patrióticos. La historia cuenta que ella sacó a un grupo de alumnos de la Escuela 99 para que le ayudaran con la expulsión del invasor.
“He buscado ayuda y no me han secundado; sin embargo… alguien tiene que hacer algo”, es una frase que se le imputa al citado personaje, una heroína popular que encabezó a la multitud con un Mauser en la mano y detonó los primeros disparos.
Los norteamericanos supuestamente desconcertados al ver caer a por lo menos dos de sus compañeros se retiraron rumbo a la avenida Centenario y la estación del ferrocarril, con destino a Santa Cruz de Villegas, una locación donde fueron sepultados los cuerpos de Hobert Mckinley Ledford y Jay Richley, militares que fallecieron durante esta precipitada operación.
Mientras que hay documentos que sugieren la posibilidad de que un niño llamado Rodolfo Sosman haya muerto días después por causa de una herida que le provocó un arma de fuego. El pequeño tenía diez años, la edad que cumplían muchos de los estudiantes participantes en la expulsión de la columna invasora.
Durante las acciones de resistencia los gritos de "¡Viva Villa! ¡Viva México!" no hay duda: ese 12 de abril la población de Parral, incluidos mujeres y niños, atacó a la columna estadounidense y los obligó a retirarse con un saldo de 3 muertos y varios heridos.