El General Francisco Villa es uno de los mexicanos más conocidos en todo el mundo y un personaje muy importante en la historia de la Revolución Mexicana, su vida está envuelta en leyendas desde su nacimiento.
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De pequeño se dedicó a las labores del campo, sin embargo, en la historia se dice que se convirtió en bandolero por una circunstancia del destino, robaba a los ricos para ayudar a los pobres, y asaltó muchas conductas de plata y oro, por lo cual, el valioso tesoro lo escondió en cuevas de diversos lugares del norte de la República.
Cuando se inició la Revolución Mexicana como movimiento armado, el Centauro del Norte manejó el oro en abundancia, pero su de desinterés por el dinero lo hizo invertirlo todo en la lucha.
¿Dónde escondía el tesoro?
Retirado de la Revolución, se estableció en la hacienda de Canutillo, en ese lugar tenía una habitación que siempre cerraba con llave, y cuando se abría solamente lo hacía él, asegurándose de que nadie mirara lo que ahí guardaba.
Un día de tantos, encontró a unos niños jugando en el cuarto y solamente les pidió que se retiraran y volvió a cerrar; pero al advertir que se había descubierto lo que él guardaba en esa habitación, se sacó todo el tesoro y agarró camino rumbo a Parral, Chihuahua.
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Después de andar un gran trayecto, dejó el camino y se dirigió a la sierra llamada La Cabeza del Oso, donde parece ser escondió el tesoro. Los acompñantes ya no regresaron con él, y todo hizo suponer que los dejó muertos en el lugar donde escondió el dinero.
Durante la vida del General, todos los habitantes de la región comentaban que algo tenía Villa en la sierra de La Cabeza del Oso, en virtud de que cuando anochecía, montaba su caballo, y sin permitir que alguien lo acompañara se dirigía a Parral y después resultaba que regresaba de la sierra de la Cabeza del Oso.
El objetivo de hacer estos escondites de oro, era que, ante cualquier situación, el Centauro del Norte podría recurrir a su escondite para continuar la batalla.
Hasta la fecha el famoso tesoro sigue oculto, esperando a la persona indicada a que lo descubra, algunas versiones indican que la riqueza está protegida por el espíritu de Villa, cuidando su tesoro desde el más allá.