Doña Agustina va perdiendo su vista pero no la ilusión de una bella Navidad

La señora Gandara guarda una alegría inmensa al recordar a sus hijos pequeños reunidos en torno al árbol iluminado con una serie de esferas coloridas

Alejandra Pérez | El Sol de Parral

  · martes 14 de diciembre de 2021

Fotos: Alejandra Pérez | El Sol de Parral

La Navidad es una época en la que se entrelazan los recuerdos, sobre todo cuando el tiempo va marcando el paso de una vida, en la que esta época revive cada una de las historias pasadas y que alegran el corazón de quien las vivió.

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Como cada año, para esta casa editorial, se ha convertido en una tradición el buscar la manera de llevar sonrisas sobre todo a unos días de celebrar la Navidad, a esos lugares en donde muy pocas veces las personas voltean a ver, pero que también anhelan esta época en donde se reúnen los seres más entrañables.

Tal es el caso de la señora Agustina Gándara, quien a sus 72 años, poco a poco va perdiendo la vista, pero que aún con ello logra ver con gratitud lo que la vida le ha permitido experimentar, madre de seis hijo, los cuales ya crecieron y cada uno partió a buscar nuevas maneras de vivir, todos dispersos en Sonora, Delicias, Parral y Jiménez.

En esta época particularmente guarda una alegría inmensa al recordar a sus hijos pequeños reunidos en torno al árbol iluminado con una serie de esferas coloridas que deslumbran con el destello de las luces.

Sin embargo, ella aún guarda la más pequeña esperanza de que aquellos pequeños emocionados por los regalos y la comida, vuelvan a aquel rincón en donde un día esperaban la llegada del Niño Dios.

Una pequeña casa ubicada en la calle la Gloria número 3, de la colonia Che Guevara, está custodiada por dos perritos, un pequeño corral con tablas de madera que resguardan la leña que funge como aliciente para encender la chimenea y poder hacer frente a las inclemencias del frío, a la entrada se encuentra la señora Agustina Gándara, quien sonriente recibe a quien llega a conversar con ella.

Pero como no, si a cada persona la recibe como si la conociera de hace años, aún y cuando las enfermedades se vuelven latentes, pues como ella definió a veces amanece sin “dolores” y otras tantas se sienten más.

Además poco a poco va perdiendo la vista pues en ocasiones concibe ver y otras no, lentamente se aleja de su vista el mínimo rayo de luz; sin embargo, no pierde la sonrisa que sobresale entre su piel blanca que refleja los años de una vida larga y feliz.

Pero en esta fecha no solamente los pequeños tienen deseo de recibir algún regalo como suele suceder, pues la señora Agustina, entre risas comentó que mientras no le falte la salud lo demás es ganancia; sin embargo, una de sus prioridades son unos zapatos más cómodos, una licuadora porque la que tenía se descompuso por el uso, una pantalonera más “calientita” y como no, una chamarra, cobija y leña para hacer frente a las inclemencias de la temporada.

Sin embargo, la edad no es un impedimento para seguir luciendo pues hay algo que destacó como sus prioridades, unos aretes, ya que los que tenía los extravió y debido a que la vista no alcanza los dio por perdidos, asimismo, un pollo rostizado para cenar durante la Navidad no le vendría nada mal.

A unos días de celebrar la Navidad, se acorta la espera de una mujer que guarda en su memoria, el calor de hogar, de aquellos momentos que hacían de esta época la mejor, donde el júbilo y la alegría desbordaba el pequeño hogar donde se reunían como cada año en la espera de la llegada del Niño Dios, el cual traía la paz, alegría y esperanza de que el año entrante sería mejor.

Si alguna persona desea ayudar, puede llamar al número 627 139 2089 o acudir a la casa ubicada en la calle la Gloria número 3, colonia Che Guevara.