La zona de monumentos arqueológicos conocida como Cueva de la Olla es un impresionante vestigio donde habitaron grupos humanos y su ocupación se remonta a 5 mil 500 años a.C., siendo considerado como el más antiguo de Aridamérica y de todo México. Se ubica en el interior de un abrigo natural que forma parte de un conjunto de lugares semejantes dentro del Valle de Las Cuevas y que son un valioso tesoro del estado de Chihuahua.
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El lugar recibió el nombre de Cueva de la Olla, por el enorme granero que ahí se encuentra y cuya forma circular se asemeja a una gran vasija, que desde lejos parece ser una olla de grandes dimensiones, construida en casas acantilado (casas en cuevas).
La misteriosa zona arqueológica y que es un prodigio de la conservación, se ubica en el municipio de Casas Grandes, en el estado de Chihuahua, en la cuenca del Río Piedras Verdes, que es una afluente del Río Casas Grandes.
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¿En dónde se localiza la Cueva de la Olla?
Exactamente se localiza a 70 kilómetros de la ciudad de Casas Grandes, para llegar a esta zona arqueológica, la más antiguas del país, se toma la carretera de Casas Grandes rumbo a la Mesa del Huracán, en el kilómetro 60 se encuentra la desviación de terracería que es de 6 kilómetros aproximadamente, para llegar al rancho Casa Blanca y a un kilómetro se encuentra la zona arqueológica Cueva de la Olla.
Este lugar se podría decir que se trata de un sitio característico de la cultura de Paquimé, formado por siete habitaciones construidas dentro de un abrigo rocoso, al igual que el sitio arqueológico de las Cuarenta Casas, ubicado en el pueblo El Vallecito, en el municipio de Madera, al tratarse de cuevas con construcciones (casas acantilado) de adobe en su interior.
Cueva de Olla es formado por siete habitaciones construidas dentro de un abrigo rocoso donde destaca un granero circular que desde lejos parece una olla, que fue por lo que recibió ese nombre, mismo que se supone fue construido por la necesidad de almacenar alimentos y que todavía se puede ver en pie, aunque muy deteriorado.
Se supone que los constructores del sitio debieron ser aldeanos o grupos nómadas que, en su tránsito de norte a sur, se establecieron a lo largo de la Sierra Madre Occidental poblando áreas cercanas a los ríos como lo es el caso de Cueva de la Olla, donde se construyó el gran granero al frente del asentamiento para almacenar alimentos.
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Una maravilla arqueológica más antigua que Paquimé
Cueva de la Olla corresponde a una época anterior al apogeo de Paquimé, pero comparte rasgos arquitectónicos característicos de la región y precisamente de esa época, como lo son las puertas en forma de “T” y las construcciones de adobe colado.
Tanto las habitaciones como el granero fueron construidos en el sitio como ya se mencionó con adobe colado y muestran la arquitectura típica de la región, como las puertas en forma de “T” anchas de arriba y más estrechas de abajo, con poca altura, un metro escaso. Según una teoría, la silueta de estas puertas está asociada con la de las “cachinas” prehistóricas (espíritus de los ancestros).
La Cueva de la Olla tiene en su vestíbulo, un área plana donde se construyeron siete recintos. Se divide en dos grandes ramas (donde no existen vestigios de estructuras) que debieron ser utilizadas para usos múltiples a pesar de ser áreas obscuras y frías. En la rama norte se encontraron esqueletos humanos, pues era costumbre regional enterrar a los muertos cerca o dentro de sus habitaciones.
También en el área se han encontrado vestigios de la cultura Mogollón, restos de cerámica de tipo sencillo y otros materiales de tipo santuario más escasos, propios de la cultura de Paquimé.
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Vestigio de una cultura ya desaparecida
El grupo de humanos que habitó en la Cueva de la Olla, debió estar formado al menos por 30 individuos que se organizaron para trabajar en las áreas más planas de la región, propias para el cultivo; dispusieron de agua corriente todo el año gracias al arroyo cercano y acumulando su producción en el granero, para proveerse durante por lo menos 170 días (seis meses aproximadamente), además de que consumían productos silvestres.
Se estima que la cueva no es muy profunda, ya que la entrada tiene aproximadamente tres metros de altura y el cuexcomate o granero, es la construcción más importante por su tamaño (2.5 metros de diámetro y 3.55 de altura), así como por su ubicación en el conjunto como principal bien de la comunidad.
Tiene una abertura semicircular de 80 centímetros en su parte superior, probablemente era tapada con palmas y carrizo; en las paredes tiene hoyos para sacar y meter granos, y ventilación.
Entre una de las particularidades del Valle de las Cuevas, es la presencia de la cultura Mogollón y Paquimé, donde se ha detectado una secuencia de ocupación muy larga, ya que, a tan solo 400 metros de la Cueva de la Olla, también se encuentra la Cueva de la Golondrina, ambas con Casas Acantilado (casas en cuevas) que son verdaderos tesoros de la Sierra Madre Occidental.
Para quienes deseen visitar el sitio arqueológico de Cueva de la Olla lo pueden hacer de lunes a domingo en un horario de 10 de la mañana a las 04:00 de la tarde, la entrada es libre, hay custodia y manejo permanente del lugar y también hay un proyecto de investigación y conservación permanente por parte del INAH.