El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ofrece un apoyo económico a las trabajadoras afiliadas que están por dar a luz o que han adoptado un hijo. Este beneficio se otorga a través de la incapacidad por maternidad, la cual es un derecho establecido en la Ley del Seguro Social. Para acceder a este apoyo, es necesario cumplir con ciertos requisitos y seguir un proceso específico, asegurando que las madres trabajadoras puedan recibir un sustento económico durante este periodo.
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En primer lugar, la trabajadora debe haber cotizado al menos 30 semanas en los últimos 12 meses previos a la fecha en la que inicia la incapacidad. Esto significa que debe haber estado inscrita en el IMSS y haber hecho las contribuciones necesarias para poder acceder a este beneficio. Además, la trabajadora debe presentar su certificado médico expedido por el IMSS, donde se establezca el periodo de descanso, que generalmente es de 84 días, divididos en 42 días antes del parto y 42 días después.
¿Cómo pagan la incapacidad por maternidad en el IMSS?
El pago de la incapacidad por maternidad se realiza en su totalidad por el IMSS, y cubre el 100% del salario base de cotización de la trabajadora. Este monto es calculado con base en el salario que la trabajadora percibía durante las semanas previas a su incapacidad, lo que garantiza que no se vea afectada económicamente durante este tiempo de inactividad laboral. El pago puede realizarse en una sola exhibición o en dos partes, dependiendo de la institución.
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Una de las características más importantes de este beneficio es que no se limita exclusivamente a las madres biológicas. Las trabajadoras que hayan adoptado a un menor también pueden acceder a la incapacidad por maternidad. En estos casos, el periodo de incapacidad comienza a partir de la fecha de la resolución de adopción y cubre igualmente un total de 84 días, garantizando así el tiempo necesario para adaptarse a la nueva dinámica familiar.
Otro aspecto relevante es que, durante el tiempo en que la trabajadora se encuentra en incapacidad por maternidad, su empleo está protegido por la Ley Federal del Trabajo. Esto significa que el empleador no puede despedirla, ni reducir su salario o beneficios, y debe garantizarle su puesto una vez que termine su periodo de incapacidad. Este aspecto es crucial para asegurar que las mujeres no enfrenten discriminación laboral por el hecho de convertirse en madres.
Para tramitar la incapacidad por maternidad, la trabajadora debe acudir a su unidad médica familiar en el IMSS y presentar su identificación oficial, número de seguridad social, y el certificado médico de incapacidad. Este proceso debe realizarse con antelación, para que la trabajadora reciba el pago correspondiente a tiempo. Además, es importante que la empresa esté informada sobre este trámite para coordinar la entrega de documentos y facilitar el proceso administrativo.
En cuanto al pago, una vez tramitada la incapacidad, el IMSS realiza el depósito directamente en la cuenta bancaria de la trabajadora o bien puede entregar un cheque por el monto total correspondiente. Este ingreso es vital para que las madres puedan enfocarse en su recuperación y en el cuidado de su hijo, sin la preocupación de no contar con recursos económicos suficientes.
Es importante mencionar que este derecho no solo es un apoyo económico, sino también una medida para garantizar el bienestar de las madres y sus hijos, dándoles el tiempo necesario para el descanso y la adaptación a su nueva vida familiar. El IMSS ha implementado este tipo de prestaciones con el fin de promover la salud y el bienestar tanto de las madres como de los recién nacidos.
La incapacidad por maternidad en el IMSS es un derecho fundamental para las trabajadoras afiliadas, que asegura su estabilidad económica y la protección de su empleo durante uno de los momentos más importantes de su vida. Este apoyo es clave para fomentar la igualdad y el bienestar familiar en el entorno laboral mexicano.